Hace unos días la dueña de una tienda de congelados de Cádiz acabó forcejeando con un individuo que pretendía llevarse una mojama sin pagar, obligando a intervenir a una tercera persona. En otra zapatería acabaron robando a unos clientes que se estaban probando e hicieron lo propio con varios pares de calzado del establecimiento. En una tienda de complementos, una trabajadora pilló a un hombre cargando en su mochila hasta tres camisetas. Estos episodios descritos por Cádiz Centro Comercial Abierto a VIVA CÁDIZ se repiten con demasiada frecuencia en los últimos dos meses, especialmente en la zona de Los Callejones, Plaza de las Flores y en la calle Compañía, “donde van de un establecimiento a otro” a plena luz del día.
Con el verano a la vuelta de la esquina, la asociación ha pedido a la Policía Nacional a través de su enlace del Grupo de Participación Ciudadana que refuerce la presencia policial en las zonas comerciales, como hacen con la campaña Comercio Seguro en Navidades, ante el temor de que esta acciones acaben normalizándose. Tal y como alerta la gerente de Cádiz Centro Comercial Abierto, Yolanda Pérez, estos dos últimos meses “están siendo horrorosos” con intentos de robo que no llegan a consumarse y hurtos en el horario comercial. Ni siquiera el que haya clientes funciona. “No cesan, esto es un no parar: cerraduras forzadas o rotas, enfrentamientos y situaciones complicadas en el local con el público delante...cogen las cosas que se quieren llevar con los dueños presentes”, se lamenta, haciendo un llamamiento también a los comerciantes afectados para que denuncien. Una oficina policial El problema es que salvo casos más puntuales como el atraco en el estanco en mayo, no suelen ser robos con fuerza y los ladrones saben bien cómo no superar los 400 euros para no pasar del hurto.
“Al final al no llegar a este límite, la cosa termina quedándose en nada y lo siguen haciendo”. Por esta razón, además de dar la voz de alerta a las fuerzas de seguridad y solicitar refuerzo policial para las zonas comerciales, demandan la puesta en marcha de una pequeña oficina policial en el centro, como ocurre en otras localidades de la provincia. De esta manera, los comerciantes podrían presentar las denuncias sin perder toda la mañana, como ocurre si tienen que acudir a la Comisaría. Un situación de la que también se benefeciarían los propios turistas, como es el caso de los cruceristas. “Ellos tienen un tiempo muy limitado para estar en la escala y cuando le roban la cartera o les pasa algo no se van a la Comisaría. Al final se tienen que marchar y la denuncia se pierde”. A su vez, tienen claro que este punto policial serviría para disuadir a los ladrones en la zona e iría en beneficio de la imagen de la ciudad.