Según ha asegurado uno de los investigadores, Francisco Serrano, este tipo de fósiles habían sido encontrados con anterioridad en zonas como las provincias de Alicante y Almería, pero nunca en Málaga y por tanto “tan cerca del océano Atlántico”.
Los restos hallados corresponden a moluscos bivalvos y ostrácodos propios de aguas “poco salinas y dulces” de lagos del Mediterráneo oriental con las que se llenó este mar tras perder la conexión con el Atlántico que le llegaba a través del río Guadalquivir y un brazo del Guadalhorce.
En aquella época el Estrecho de Gibraltar aún no estaba abierto, por lo que el Mediterráneo se evaporó “casi en su totalidad” al perder dicha comunicación y su salinidad dio lugar a depósitos de yesos como los existentes en Sorbas (Almería).