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Un sociólogo pide que estudien bajar la edad legal para beber alcohol

El sociólogo Javier Elzo abogó ayer por mantener un límite legal de la edad para consumir alcohol, aunque ha considerado que el Parlamento debe estudiar si hay que bajarlo desde los 18 años actuales a los 17 ó 16.

 El sociólogo Javier Elzo abogó ayer por mantener un límite legal de la edad para consumir alcohol, aunque ha considerado que el Parlamento debe estudiar si hay que bajarlo desde los 18 años actuales a los 17 ó 16.

En declaraciones a los medios tras presentar el libro Hablemos del alcohol: por un nuevo paradigma del beber adolescente, del que es coordinador, Elzo subrayó que hay que acabar con las “actuales disfunciones” que existen entre la edad legal para ingresar en la cárcel, poder tomar la píldora del día después o tomar alcohol.

A juicio de este catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto (Bilbao), estas diferencias de edades “se dan de tortas”.

El libro, promovido por la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS) y en el que han participado prestigiosos sociólogos, médicos y otros expertos, propone elaborar una “pedagogía del beber”, en el sentido de cambiar el actual modelo prohibicionista por otro basado en la educación y la prevención.

“No se trata de decir vamos a prohibir beber, sino vamos a aprender a beber bien, a aprender a beber en casa”, señaló el catedrático de Filosofía José Antonio Marina, otro de los autores.

La obra, inspirada en una publicación internacional llamada Drinking in context pero centrada en la realidad española, parte de datos como que un 61% de los jóvenes españoles consume alcohol habitualmente, el 70% se inició en el consumo entre los 13 y los 16 años o que la mitad de los adolescentes dicen emborracharse como mínimo una vez cada dos meses.

La segunda premisa de la que parte es que a pesar de que en España está prohibida por ley la venta de alcohol a menores de 18 años, un 94% de los jóvenes asegura no encontrar dificultad alguna para adquirir bebidas alcohólicas.

Para este sociólogo, es necesario que haya una norma, “pero hay que saber prohibir de forma inteligente”.

El profesor Marina ha puesto de relieve el fracaso del modelo basado solo en la prohibición por ley y en las argumentaciones médicas y ha defendido otro basado en consideraciones éticas y sociales.

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