“Los juguetes rojos generan dinamismo e incitan al movimiento en los niños y, por ello, se recomiendan para niños más bien tranquilos que necesitan actividad”, aseguró el coordinador del Comité de Seguridad y Prevención de Accidentes de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor Jordi Mateu, por medio de un comunicado.
“Los de color azul parece que favorecen la relajación y ayudan a dormir, por lo que se aconsejan a niños activos e irritables; los juguetes amarillos mejoran la concentración y ayudan al desarrollo de la inteligencia, mientras que los de color naranja denotan alegría y fomentan la actividad”, explicó.
Así, los amarillos serían adecuados para niños con dificultades de concentración y los naranja para aquellos que pasan por una etapa de cierta tristeza. Finalmente, los de color blanco parece que promueven el descanso y la relajación.
Como ha señalado el psiquiatra infantil y miembro de la AEP Paulino Castells, no siempre la selección del juguete se ajusta a la edad del niños y sirve para estimular cada una de sus capacidades.