A finales del mes de octubre la Guardia Civil informaba de la detención, en distintas localidades de Cádiz y Sevilla, de los 32 integrantes de una red de nacionalidades senegalesa y española, acusados de introducir y distribuir en España billetes de euro falsificados. La denominada operación Falu permitió incautar más de 60.000 euros falsificados, así como monedas que acababan de ser “colocadas” en distintos establecimientos.
Según informaba la Benemérita, la operación se inició a raíz de varias denuncias de pequeños comerciantes en distintos puntos de la provincia de Cádiz que habían recibido como pago por la compra de sus productos billetes de 20 y 50 euros falsificados.
La investigación permitió comprobar que la organización ahora desarticulada se trasladaba a otros países de la Unión Europea para comprar billetes de 20 y 50 euros falsificados, destacando la calidad que presentaban los de 50, en los que se había cuidado hasta el más mínimo detalle su falsificación.
Posteriormente, ya con los billetes en España, la organización contactaba con compradores de los billetes, llamados “pasadores”, que pagaban por los falsificados cantidades que oscilaban entre el 20 y el 30 por ciento del valor real de las cantidades que adquirían.
No es la primera vez que se desarticula una red de estas características, lo que lleva a cuestionarse si los comerciantes de Cádiz están preparados para detectar estos fraudes y qué herramientas tienen a su disposición para distinguirlos y denunciar la estafa.
Muchos comerciantes han ido adquiriendo los dispositivos más variopintos para intentar que no les cuelen un billete falso. Es el caso de la farmacia de la Licenciada Celia Guerrero, ubicada en la calle Compañía. Jesus M. Velez, uno de los empleados, explicaba que recientemente se han hecho con un máquina detectora de billetes que es infalible. “Hemos tenido casos, sobre todo procedentes de gente rara que nunca hemos visto por aquí. Luego, también está el caso de la señora mayor a la que le han colado el billete en otro establecimiento”, comentaba.
El problema viene con los billetes nuevos de 10 euros y con los de 5, que están próximos a salir. Las máquinas que tienen los comerciantes no están actualizadas para identificarlos y de eso se están aprovechando los estafadores.
Justo a unos metros de la farmacia, en el estanco más antiguo de Cádiz, también se han preparado para detectar el fraude con una máquina que incluso indica el valor del billete. Fernando, uno de sus trabajadores, explicaba que “hasta ahora no nos hemos encontrado con muchos y creo que es porque la gente que viene a timarnos ve la máquina y se va. Tiene que ser eso, porque antes de tenerla sí era habitual encontrarnos con algún billete falso. Antes de hacernos con el detector utilizábamos el tacto pero este mecanismo rústico no siempre acertaba”.
En el caso de que un establecimiento o un particular detecte un billete falso, debe llevarlo al banco, el inconveniente es que la entidad se queda con la moneda y el interesado sin el valor de la misma.
En la tienda de la calle Ancha Indígenas y Pampling, Desiré Hedreda, una de sus dependientas, explicaba que en el negocio se defienden del timo con un rotulador. Si al pasarlo por el papel deja un hilo transparente quiere decir que es verdadero, y si por el contrario el color se vuelve azul o morado, es falso. “Es un mecanismo rápido que tenemos que hacer siempre, aunque haya mucha gente en la tienda esperando a que las atendamos, porque es precisamente en ese momento cuando más probabilidad hay de que nos engañen, sobre todo cuando lo hacen conscientemente”.
María de los Ángeles Salvador, de la tienda El Siglo, también pasa los billetes por una máquina. “Afortunadamente en los años que llevamos aquí sólo hemos tenido un caso”. El dispositivo que utiliza este comercio es distinto a los descritos anteriormente, ya que se trata de una lámpara de rayos uva que refleja la luz en el billete. Si no se refleja el brillo y las estrellas del papel, es que es falso. El día de la estafa su marido, ante la duda, fue rápido al banco y allí le dijeron que no debía aceptarlo: “Y menos mal, porque el cliente pretendía comprar una artículo muy barato y encima le hubiésemos tenido que devolver el cambio”, recordaba María de los Ángeles.
En la libería Quentum, uno de sus trabajadores, Miguel Ángel Castellanos, asegura que lo más sencillo es percibirlo al tacto y ante la duda deslizar el rotulador que tienen para detectar el fraude. “De todas formas, aunque haya mucha perfección a la hora de confeccionar los billetes falsos, si se les presta atención se detectan. Hay que estar siempre muy conscientes de lo que se está haciendo, aunque se tenga bulla”.
Parece ser que los comerciantes cada vez están más concienciados de la necesidad de hacerse con dispositivos para frenar la picaresca de algunos. Pero los ciudadanos ¿qué? En la encuesta callejera llevada a cabo por este medio se han escuchado opiniones para todos los gustos. Una vez más, la manera de actuar depende de cada persona. Algunos piensan que intentarían colarlo igual “que me lo han colado a mí”, otros lo denunciarían a la Policía y otros lo llevarían directamente al banco.
Medidas de seguridad
José Manuel Reyes es el Inspector delegado de Participación Ciudadana, una unidad creada recientemente con el objetivo de crear vínculos con el ciudadano, con la idea de tener información de lo que necesitan para poder montar dispositivos al respecto e informarles de la problemática delincuencial a la que pueden verse sometidos. “Les enseñamos cómo tienen que hacer frente al fraude. Para ello, se han organizado charlas, sobre todo con personas mayores, para que sepan las medidas de seguridad que tienen que adoptar. También nos hemos reunido con responsables del sector turístico y con comerciantes”, explicaba.
Los más vulnerables son las personas mayores y los discapacitados, como los vendedores de la ONCE. Por eso, la Policía Nacional ha puesto en marcha el Plan Mayor que consiste reuniones en asociaciones de personas mayores donde se les informa de todo. También hay convenios con entidades de colectivos más vulnerables para enseñarles a detectar el timo. Con los comerciantes también se han llevado a cabo iniciativas similares.
Cualquier persona que identifique un billete falso está en la obligación de ponerse en contacto inmediatamente con el 091 para que la Policía envíe una dotación radiopatrulla al lugar para intervenir el billete y remitirlo a la Brigada de la Policía Científica que a su vez lo remite a la Brigada del Banco de España. “Esa moneda no debe seguir su curso, porque de lo contrario estaríamos incurriendo en un comportamiento delictivo igualmente gravemente penado, argumentó el inspector.
Fernando Álvarez, Inspector Jefe de la Policía Científica de la Comisaría Provincial de Cádiz recomienda girar y tocar la moneda porque así se averigua el tipo de tinta que utilizan los billetes auténticos, que suelen tener una rugosidad que no tienen los falsos. Al girar el billete se comprueba las medidas de seguridad de óptica variable que tienen los billetes válidos. “Con un poco de práctica, se puede detectar por muy bien hechos que estén hechos”
Los que más se falsifican son los de 20 y 50 euros. No obstante, Álvarez mandó un mensaje de tranquilidad a los gaditanos porque afortunamente en Cádiz “no hay tantos billetes falsos como la gente piensa”.
En su página web, el Banco Central Europeo (www.ecb.europa.eu) explica las medidas de seguridad que hay que tener en cuenta ante la duda. En este sentido, explican que los billetes incorporan ciertos elementos que ayudan a reconocer su autenticidad y dificultan su falsificación. Por un lado, el papel. Estas monedas están hechas de fibra y algodón puro, que le confiere un tacto firme y áspero, ni flojo ni ceroso. Por otro lado la impresión en relieve, que se utiliza en el diseño principal y en otros elementos en el anverso del billete. Todo esto puede apreciarse pasando el dedo por la superficie del papel. Los billetes de 200 y de 500 euros incorporan además marcas adicionales en relieve cerca de los bordes, destinadas a las personas con problemas de visión.
La marca de agua puede apreciarse observando el billete al trasluz. La transición de las zonas claras a las oscuras del motivo arquitectónico es gradual. Al colocar el ejemplar sobre una superficie oscura, las zonas claras se oscurecen. Este efecto se aprecia fácilmente en la cifra que indica el valor.
En una de las esquinas superiores del billete aparecen impresos en ambas caras trazos discontinuos, que se complementan y forman la cifra que indica su valor. Este elemento puede comprobarse cuando se observa al trasluz.
Otra pieza clave es el holograma. Al girar un billete de 5, 10 o 20 euros, la imagen del holograma cambia, alternando entre su valor y el símbolo del euro sobre un fondo multicolor. En los bordes, en la letra pequeña, se indica el valor.
La banda dorada también es un buen distintivo. Al girar el billete de 5, 10 y 20 euros, en el reverso aparece una banda iridescente o dorada, en la que se muestra el valor y el símbolo del euro.
Por otro lado, el hilo de seguridad está embebido en el papel y cuando se mira a contraluz aparece como una banda oscura.
Bajo una luz ultravioleta los billetes en euros tienen las siguientes propiedades: El papel no resplandece; las fibras de seguridad embebidas aparecen en color rojo, azul y verde; en el anverso la bandera de la Unión Europea resplandece en en verde y las estrellas en naranja, la firma del presidente del Banco Central Europeo se torna verde, y las estrellas grandes y los círculos pequeños del centro del billete resplandecen, por último, en el reverso, el mapa, el puente y la denominación aparecen en amarillo o verde.
Estas son las recomendaciones que hacen la Policía y el Banco Central Europeo a la hora de detectar un posible fraude. Pero recuerden, lo más importante una vez localizado es llamar a la Policía o llevarlo al banco, para apartarlo de la circulación.