Manuel Pérez Fabra aspira a convertise en el próximo candidato de UPyD a las elecciones autonómicas para presidir la Junta de Andalucía. De momento, tendrá que convencer a los afiliados de las ocho provincias en apenas seis días. Para ello, será inevitable el viajar y, sobre todo, hacer campaña a través de las redes sociales, algo que para él no es un problema, de hecho, es el político gaditano más activo en facebook y twitter.
—¿Por qué se presenta a las primarias de UPyD para presidir la Junta de Andalucía?
—Me presento porque me puedo presentar, algo que no pueden decir los afiliados de otros partidos políticos, porque en UPyD no necesitamos avales y en eso fuimos pioneros en este país, aunque ahora se hable de Podemos. Y lo hago porque considero que hay que darle un impulso al discurso que mi partido está dando en Andalucía. Es una formación coherente, que aplica su forma de pensar en todo el territorio nacional. Quiero ayudar, y ser la persona que pueda dar ese impulso a una mayor presencia de UPyD en Andalucía. Tenemos una crisis política grande porque hay gente instalada en el poder desde hace años y por eso veo necesario una regeneración democrática en Andalucía, la misma regeneración que promueve mi partido desde hace años y no ahora, que parece que está de moda con el empuje de otras formaciones nuevas. Como partimos de esa base, estoy seguro de que el candidato que salga de mi partido lo va a hacer bien.
—¿Cuántos afiliados hay en Andalucía?
—Unos mil aproximadamente.
—¿Qué quiere hacer UPyD?
—Luchamos contra la corrupción y regenerar la política de este país, cambiar la Ley Electoral para que todos los votos tengan el mismo valor y acercar la política a la ciudadanía. Mucha gente me pregunta cuánto cobro como coordinador local de UPyD y no se creen que no sólo no percibo nada sino que me cuesta dinero. La gente no concibe que uno se quiere dedicar a la política por movitación personal, piensan que queremos sacar algo de provecho o que lo estamos sacando ya, y eso es muy triste, aunque lo comprendo.
—¿Qué caracteriza a su formación?
—UPyD trabaja como las hormiguitas. Nunca hemos dado un pelotazo mediático como Podemos, pero poco a poco hemos conseguido que nuestros mensajes vayan calando. De hecho, se han interiorizado tanto que nos lo han copiado el resto de partidos. Pongo el ejemplo de los coches oficiales. Los concejales de UPyD fueron los primeros que rechazaron tener coches oficiales, y después se sumaron otros, los mismos que al principio nos criticaron por ello y nos tacharon de demagogos. Lo cierto es que ni PP ni PSOE creen realmente en la regeneración democrática, porque simplemente no les interesa.
—Dice que una de las cualidades que debe tener quien quiera optar a ser presidente de la Junta de Andalucía es conocer bien el territorio, sus singularidades, sus potencialidades, sus carencias, etc. ¿Qué es para usted Andalucía?
—Para mí Andalucía es donde mejor se podría desarrollar el concepto de España. Es una tierra con potencialidades que no están explotadas y el problema radica en que los andaluces nunca nos hemos creído el peso que tenemos en España, y es la sufridora esencial de la desigualdad entre territorios. Ningún ciudadano de España debe ser desigual por el hecho de vivir en una comunidad o en otra. La pena es que esto que parece obvio, no se practica. Es una lástima escuchar a Susana Díaz decir que hay que reformar la Constitución Española porque hay un problema en Cataluña, porque básicamente el modelo que persigue Cataluña es uno que va en su beneficio en contra de los intereses del resto de las comunidades. Y me parece increíble y penoso que la presidenta de Andalucía encima lo defienda.
—UPyD es un partido que opera a nivel nacional. Si usted llegase a ser presidente de la Junta de Andalucía sería un presidente nacionalista o centrista. Es decir, ¿desobedecería al partido si va en contra de los intereses de la comunidad autónoma?
—El error es pensar que hay que defender antes a Andalucía que a España. Cuando me afilié al PA en los ochenta lo hice porque no entendía el auge que estaban tomando algunas comunidades. Mi concepto del andalucismo es integrador, es decir, lo que quería entonces y quiero ahora es que seamos iguales que el resto, ni más, ni menos.
—¿Y eso cómo se consigue?
—Con un modelo federal cooperativo, como el alemán. Es decir, devolviendo al Estado algunas competencias que no se pueden derivar, como la Educación o la Sanidad. No es normal que tengamos 17 modelos sanitarios, 17 modelos educativos y 17 modelos de todo, que lo único que hacen es ocasionar un gasto mayor, fomentar las desigualdades y generar muchos problemas burocráticos y de todo tipo. La tarta es la que es, y hay que defender a cada comunidad desde la solidaridad. Quiero una mejor sanidad para Andalucía y eso pasa por centralizar el sistema, ya que así el dinero irá para mejorar los servicios y no para mantener a tantos cargos políticos que están por duplicado. Defendería a los andaluces adelgazando la Administración y exigiendo que se haga lo mismo en el resto de administraciones.
—¿Qué medidas propone para Andalucía?
—Lo primero es elaborar un programa electoral basado en lo que nos pide la gente, pero sin vender humo. El primer problema que tiene esta comunidad es el paro y en parte se debe a las nefastas políticas activas de empleo que se han instaurado. El potencial que tiene Andalucía es muy grande y hay que rescatar y apoyar a todos los sectores, no sólo al turístico. Apostar por I+D+I, porque es lo que genera empleo a medio plazo.
—Si fuese candidato, ¿su campaña se basaría en realidades?
—Si yo soy el candidato sólo hablaré de realidades. No voy a prometer hacer un hospital nuevo en Cádiz, porque probablemente no haya recursos económicos para ello, ahora bien, buscaremos otra alternativa para que esos terrenos sirvan para algo. En este sentido, creo que las formaciones políticas con representación en las administraciones deben sentarse a hablar y no a discutir. Los representantes de los ciudadanos deben tener siempre presente que se les ha elegido para que trabajen y para que saquen proyectos adelante. No entiendo la política que tenemos hoy en día, enfrascada en la crispación y centrada sólo y exclusivamente en sacar beneficio de los errores del contrario. Hay que dialogar más y acordar más. Lo importante no es quién se pone la medalla, sino conseguir objetivos. Para ello es necesario priorizar unos proyectos y prescindir de otros aplicando el sentido común. El problema es que muchos andaluces siguen buscando al partido que desde la Andalucía oficial le ofrece soluciones parciales a sus problemas reales.
—Tiene menos de una semana para convencer a los afiliados de UPyD, ¿cómo piensa hacerlo?
—Es una campaña muy corta, y temprana, ya que las elecciones autonómicas no serán previsiblemente hasta 2016. Visitaré todas las provincias para reunirme con militantes y seguiré dando guerra por las redes sociales. Será una campaña de tú a tú, de boca a boca y de escuchar mucho.
—¿Tendrá el apoyo del aparato del partido o cree que apoyarán a Martín de la Herrán?
—No tengo ninguna duda de que si los afiliados me eligen, al otro día tendré el apoyo del aparato y de Rosa Díez. Me gustaría y espero que todos los candidatos vayan en igualidad de oportunidades y que no haya interferencias ni de la Delegación ni de ningún líder en el proceso electivo.
—Y hablando de elecciones. En las municipales de 2011 UPyD fue la cuarta fuerza más votada, ¿cuáles son las aspiraciones para 2015?
—Entrar en el Ayuntamiento, que creo que es lo va a pasar y que seremos una fuerza importante. UPyD es un partido que no se casa con nadie, excepto con los votantes. Cumplimos lo que decimos. Nuestro objetivo es que en 2015, entren en el Ayuntamiento ciudadanos que se acerquen a la política sin sentirse profesionales de la misma. Nuestras persectivas cada vez son mejores, y nos consta que se están haciendo encuestas locales y que se pregunta mucho por nosotros.