El diputado nacional, miembro de la Comisión Permante y número dos de la lista de Unidos Podemos en la provincia de Cádiz al Congreso de los Diputados en las Elecciones Generales del 26 de junio, Juan Antonio Delgado, nos habla de su experiencia como parlamentario, sobre las iniciativas que ha presentado en esta ‘legistura fallada’ y sobre sus perspectivas de cara a estos nuevos comicios.
Yo creo que en todo, tanto fuera como dentro del Congreso, lo que hace falta es voluntad políticaHace ya unos cuarenta años entró en el Congreso de los Diputados un guardia civil pero lo hizo de forma distinta a la suya ¿no?
—Efectivamente y afortunadamente el tiempo ha puesto las cosas en su sitio. Creo que el hecho de que haya entrado un guardia civil, como es mi caso, ahora, con el apoyo de la gente, gracias a la democracia, es muy ilustrativo de cómo es este país hoy en día, de lo que ha cambiado desde que entró aquel golpista, Tejero, intentando secuestrar la democracia, esta democracia que tenemos ahora y que tanto la disfrutamos todos los españoles. Creo que es un ejemplo de normalidad democrática, no es nada más. En el Congreso hay médicos, albañiles, universitarios, abogados, es decir, están representadas casi todas las profesiones, aunque parece que el perfil del guardia civil es como más chocante pero es un síntoma más de normalidad. Claro que ese hecho me encasilla en temas concretos, es decir, no creo que esté yo en una comisión de agricultura…
No está mal que cada diputado se centre en lo que más sabe ¿no?
—Debería ser así pero no siempre ha sido así. En mi caso es así, he estado en la comisión de Interior, en la comisión de Defensa, en la comisión de Seguridad Vial y estaba previsto que estuviese en la comisión aún por crear sobre la droga. Son temas que de alguna manera controlo. Tengo una trayectoria de 23 años metido en un coche patrulla, viviendo y trabajando en la calle, lo que te sirve de experiencia para llevar a cabo mi trabajo en el Congreso.
¿Te ha gustado la experiencia de ser diputado?
—Tengo un sabor agridulce, como le ocurre a todos los ciudadanos, porque nos hubiese gustado que esta legislatura hubiese seguido, pero ha sido una legislatura fallida. Pero en todo caso, he intentado hacer lo máximo posible en el tiempo que hemos tenido. Y creo que hay resultados interesantes. Por eso mi respuesta es que sí me ha gustado, ha sido una experiencia interesante, con mucha responsabilidad, lo cual a veces te quita el sueño porque, claro, sabes que estás allí representando a una provincia que padece una situación de emergencia social, con unos niveles de desempleo que están por las nubes, 16 puntos por encima de la media nacional, con los tres municipios con la tasa de paro más alta de España. Es decir, la responsabilidad es muy importante y si a esto le añadimos la responsabilidad de una institución como la Guardia Civil en la que hacen falta muchos cambios, muchos derechos, pues aún más.
Antes de adentrarnos en cuestiones más serias ¿ha probado el menú del Congreso?
—Lo he probado y prácticamente he comido allí casi todos los días. Cuesta 8,92 céntimos, aunque lo de los céntimos no estoy del todo seguro (risas). En mi caso, llegaba muy temprano para trabajar y me iba por la tarde para irme directo al hostal. Entonces pues para aprovechar el tiempo comes y desayunas allí.
Las discusiones y las tensiones que vemos entre los diputados ¿luego se quedan en nada o se mantiene en los pasillos del Congreso?
—Me ha dado poco tiempo de ver esas peleas porque apenas hemos estado unos meses en el Congreso, pero bueno, siempre algo va quedando porque piensas que alguien te ha dado una puñalada trapera, como se dice popularmente. Al final algo queda pero lo importante es ser honesto y coherente con lo que dices y con lo que haces. En mi caso no he recibido muchas críticas por ser guardia civil y por ser de Podemos, porque la gente intenta respetar y tampoco me he encontrado con ninguna historia así rara.
¿Qué tal los debates y la defensa de sus propuestas? Tengo entendido que ha sido uno de los diputados más activos de la provincia…
—El más activo (risas), es verdad que me han querido robar el puesto pero he sido el más activo (risas). Eso fue a raíz de un reportaje de un compañero periodista que dijo que yo era el diputado más activo y a los pocos minutos decía que no, que era otro diputado que no voy a mencionar porque no tengo interés en desprestigiarlo. Pero en verdad he sido yo aunque no tiene mayor importancia porque aunque presente muchas iniciativas y preguntas, eso no conlleva que se solucionen todos los problemas o que todas las iniciativas sean buenas. Es decir, tampoco tiene mucha importancia. Por ejemplo, en ese informe no se refleja las reuniones que mantuve con numerosos colectivos, entre ellos los extrabajadores de Delphi…, reuniones que son también muy importantes.
¿Se pueden solucionar los problemas desde el Congreso?
—Yo creo que en todo, tanto fuera como dentro del Congreso, lo que hace falta es voluntad política. Y otra cosa muy importante es presentarse con un programa electoral y cumplir con el mismo. Lo que hecho el Partido Popular es todo lo contrario. Se presentó diciendo que iba a bajar los impuestos y los ha subido. No habló de recortes y le ha metido la tijera a todas las cuestiones sociales. La Ley Mordaza no estaba prevista. El programa electoral no puede ser un cheque en blanco…
¿Debería ser vinculante?
—Por supuesto y de hecho nosotros lo llevamos en nuestro programa electoral. Tiene que ser vinculante y si a los dos años no hemos podido cumplir lo que llevamos en nuestro programa electoral, se tiene que someter a un voto de confianza. Y es que debe ser un compromiso. Te presentas con un programa y tienes que llevarlo a cabo.
Prometer parece que sale gratis e incumplir también ¿no?
—Creo que prometer ha salido gratis durante muchos años en este país. También porque no había muchas opciones políticas y estábamos todos en plan si no sale uno, sale el otro, y al final tanto es igual enero que febrero, como dice el refrán. Ahora viendo el abanico de posibilidades diferentes, y creo que con la llegada de Podemos, hemos aportado ese cambio. El bipartidismo ha muerto, eso nadie lo pone en duda. Y eso le da al ciudadano posibilidades de elegir.
El bipartidismo ha muerto. El Parlamento es mucho más colorido. Pero lo ciudadanos también dijeron en las urnas que los partidos tenían que ponerse de acuerdo… ¿por qué nos vemos entonces abocados a unas nuevas elecciones, lo que llena de cansancio al ciudadano?
—Y lleva razón el ciudadano. No hay bipartidismo y teníamos que ponernos de acuerdo. Nosotros lo hemos intentado con el PSOE, pero el PSOE tiene un problema. Felipe González apostó por una gran coalición. Susana Díaz habló de líneas rojas y se inventaba cosas. Los barones del PSOE tampoco querían ni oír hablar de pactar con Podemos. Era el ‘coco’. Al final el señor Sánchez se vio obligado a pactar con Ciudadanos y este partido tiene las mismas políticas prácticamente que el PP, algunas copiadas directamente. Son la marca blanca del PP. Y nosotros no queremos llegar al Gobierno para que sigan aplicando las políticas del PP. No se trata de quitar a Rajoy o al PP, sino sus políticas, esas que han hecho tanto daño a este país. Se nos acusa de que Pablo Iglesias pidió varios ministerios, pero se olvida que la última oferta que hizo fue que si el problema soy yo, daba un paso atrás. Pero no quisieron. Querían que tragásemos con las políticas de Ciudadanos, que son de derechas.
¿Cree que la situación de Cataluña ha influido en esa falta de acuerdo?
—El PSOE propone un estado federal asimétrico, que no sabemos qué es lo que quiere decir con ello. Dicen una cosa en Cataluña y otra en el resto de España. En este país, el PP y Ciudadanos han sido una fábrica de independentistas. Hay un problema coyuntural en España y tenemos que hacer pedagogía. Nosotros, dicho sea de paso, no estamos a favor de la independencia de Cataluña. Yo quiero que estemos unidos. Pero somos una democracia. En Escocia se llevó a cabo un referéndum y no pasó nada. Y ahora están votando si quieren o no pertenecer a la Unión Europea. Y no pasa nada. Es la democracia, no hay que tener miedo a las urnas. El PP se ha llevado meses y meses sin hablarse con el Gobierno de Cataluña y eso hay que cambiarlo. Por eso somos la primera fuerza política en Cataluña y en el País Vasco también. Y hemos defendido la no independencia de Cataluña y nos han votado mayoritariamente. Creo que es muy ilustrativo.
Las encuestas tampoco dan esta vez mayorías absolutas y dejan claro que los resultados serán muy parecidos a los del 20 de diciembre. ¿Habrá esta vez pactos o iremos a unas terceras elecciones?
—Nosotros desde la legislatura anterior ya le venimos haciendo una oferta al PSOE. Nos gustaría gobernar con ellos. Ya se vería de qué forma. A la valenciana o la tarifeña también. Es posible en muchos sitios. En Barcelona existe ese pacto. Nosotros no vamos a pactar con la derecha porque ha hecho mucho daño a este país. Hay que abandonar esas políticas de desahucios, políticas que han hecho exiliarse a miles de jóvenes, de recortes en sanidad, en cultura, en educación…
¿En qué ha consistido su actividad parlamentaria referida a empleo para la provincia de Cádiz?
—La Línea, Jerez y Sanlúcar son los tres municipios con mayor tasa de paro de España. Y de los diez de esa lista, siete son de la provincia. Tenemos 180.000 parados, una tasa del 37 por ciento de paro. Curiosamente cuando llegan las elecciones llegan los barcos a los astilleros. El PSOE lleva cinco reconversiones navales y ha dejado a los astilleros en la situación que está. En la provincia se recoge el 95 por ciento del corcho, pero lo metemos en un camión y lo llevamos a Lisboa. Somos una provincia rica, tenemos mimbres, pero hay que invertir y hay que preocuparse de esta provincia. ¿Cómo es posible que uno de los puertos más importantes de Europa, como es el de Algeciras, tenga la línea Bodadilla-Algeciras todavía sin electrificar, es decir que tengan que ir a 30 kilómetros por hora y a gasoil? Es algo incomprensible. ¿Cómo se pueden llevar nueve años para instalar un tranvía en la Bahía que no sabemos todavía si servirá de algo? Aquí se ha invertido a lo loco, sin planificar. El Segundo Puente de Cádiz estaba presupuestado en doscientos millones de euros y ha costado casi quinientos. ¡Más del doble! Eso en cualquier país serio de Europa, el responsable hubiera dimitido. Hemos pagado dos puentes. En la provincia de Cádiz vamos a apoyar a los astilleros. Y aquí debo decir que nadie ha visto aún el contrato de las fragatas para Arabia Saudí. Nosotros lo hemos pedido y nada. Nosotros de todas formas vamos a apostar por estos astilleros. También queremos solucionar la situación de los extrabajadores de Delphi y por supuesto, estamos en la provincia que más días de sol tiene al año. Por eso apostaremos fuerte por las energías renovables. Por sentido común. En Alemania hay una ciudad que prácticamente se nutre energéticamente del sol. En Alemania hay tres días de sol cada tres meses y se hace. ¿Por qué aquí no? Por eso, vamos a copiar esos modelos de Alemania, de Francia, para poner en marcha un plan energético para reformar miles de viviendas a coste cero para los ciudadanos y que supondrá un gran ahorro energético. Ese plan supondrá rehabilitar 200.000 viviendas al año y puede suponer 400.000 puestos de trabajo en 20 años. Hablamos de empleo fijo y de calidad.
Los datos del paro, y más ahora en verano, son ‘positivos’, pero ¿es empleo precario?
—Es un empleo basura. Precario parece más digno. Tengo familiares en esa situación que dicen o cojo esto o qué hago. Pero después están los informes de Cáritas que dicen que el 24 por ciento de la población está en riesgo de pobreza. Y el 90 por ciento de esos contratos son temporales y muy precarios. Y otra cosa importante en esta provincia y es que no podemos vivir tan dependientes del turismo, además un turismo de verano, de sol y playa, con una estacionalidad enorme. Creo que es un grave error, porque este año será un buen verano pero por lo que está pasando en pasando en algunos países árabes. ¿Y si pasase algo aquí, por ejemplo una sequía, no ya un atentado? Depender de un sector no es nunca una gran idea.
¿Cómo va la lucha por la democratización de la Guardia Civil?
—Que la democracia entre en los cuarteles porque los agentes son demócratas pero la institución no lo es. Mi primera iniciativa en el Congreso en la que demostré a esos patriotas de hojalata como el actual ministro, que siendo un diputado de Podemos defiendo a todos los trabajadores y por supuesto a mis compañeros de la Guardia Civil. En la proposición instaba a que se dotase a los agentes de chalecos antibalas. Aquí es que se escenifica que como no firmamos un pacto antiterrorista quieren hacer ver que estamos con los terroristas. De locos. Pero no se escandalizan cuando ven a nuestros policías y guardias civiles sin chalecos antibalas. Esto no pasa en ningún país de Europa. La proposición fue aprobada por unanimidad. También presenté otra que no se ha debatido porque acabó la legislatura sobre el derecho a la libertad sindical en la Guardia Civil. Es un compromiso claro de Podemos.
Un pronóstico para el 26 de junio…
—Yo quiero que la gente vote pensando en todo lo que hemos tenido en estos ocho años. No solo los cuatro del PP, sino los anteriores del PSOE. Aquella reforma de la Constitución la hicieron los dos. El desahucio exprés lo hizo el PSOE. Yo espero que voten ilusión. Que voten cambiar. Que voten sin miedo.