Elena Santiago: “Lo más difícil ha sido acercarme a los recuerdos de la infancia”

Publicado: 26/03/2021
Elena Santiago es Licenciada en Filología Hispánica y profesora de Enseñanza Secundaria. Este viernes presenta su primera novela: 'Cuando baje la marea'
Decía el poeta que al nacer ya no se puede volver atrás, porque la vida es como un aullido interminable, sólo avanza. En este caminar, a veces es necesario parar, mirarse, mirar atrás, para sanar nudos en un viaje introspectivo, en una intensa reflexión sobre el ser que somos a través del ser que fuimos. Ese es el viaje, volver. Volver para sanar. ‘Cuando baje la marea’ es el devenir de Elisa, una mujer de mediana edad que lleva a cabo un viaje iniciático a través de su niñez, para descubrir de dónde vienen sus dolores y ausencias. Ese camino le lleva a reencontrarse con su madre y consigo misma.

Su autora, Elena Santiago es Licenciada en Filología Hispánica y profesora de Enseñanza Secundaria. Amante de las letras demuestra ser espléndida porteadora en esta ópera prima, que se presenta hoy viernes 26 de marzo, en la Fundación Cajasol. Hemos querido acercarnos a ella y a su libro. Y esto es lo que nos contó.

 

¿Cuál es el origen de 'Cuando baje la marea'?

–En 2017 me jubilé y regresé a Cádiz. Había estado veinticinco años viviendo en Madrid. La literatura había sido siempre una gran pasión, he sido una gran lectora. Me matriculé en los talleres de literatura creativa de la UCA.  Y empecé a escribir. Poco a poco fui narrando recuerdos de infancia. Aún me parece un sueño comprobar que el libro se ha materializado.

 

¿Es una novela autobiográfica?

–Diría que es un libro de autoficción, término que se utiliza mucho desde que en 1977 lo creara un escritor francés. Mezclo recuerdos con personajes y situaciones de ficción. La madre de Elisa representa a mi propia madre. Hay personajes como Chantal o Jana, Andrea, Jacobo que son producto de mi imaginación. Pero cuando se escribe se hace desde la propia experiencia, con las vivencias e ideas que se llevan dentro y a partir de ahí puede que casi todo sea autoficción.

 

¿De dónde nace esa necesidad de contar?

–Puede que todos tengamos la necesidad de comunicar, de expresar nuestra creatividad. Con el lenguaje tenemos una herramienta que todos traemos incorporados. Las mujeres estamos acostumbradas a relatar nuestras historias, a expresar nuestros sentimientos. Las historia nos llevó, hasta hace poco, a una vida interior donde no nos quedó más remedio que nutrirnos de vivencias,  emociones, experiencias y de la manera de expresarlo . Unas a otras nos contábamos nuestra vida, nuestras emociones y nos relatábamos historias.

 

La protagonista, Elisa, inicia un viaje introspectivo a través de la relación con su madre. ¿Es ella su alter ego?

–Sí, quise buscar a mi madre y recordar su vida y para ello Elisa me ayudó  a reencontrar mi infancia. Como Elisa quedé huérfana de madre a los diez años, era la mayor de tres hermanos. Como Elisa he llenado mi tiempo trabajando mucho y, por supuesto, leyendo muchísimo.

 

¿Cuál es el nudo sanador de esta novela?

–Enfrentar las propias frustraciones, mirar de frente las carencias que en la vida deja el abandono y llegar a la reconciliación. Tomar conciencia de la soledad que el abandono ha ocasionado y perdonar y aceptar.

 

La amistad, la naturaleza, el amor, el desamor, los apegos... ¿qué es lo más duro a lo que ha tenido que enfrentarse como escritora en esta novela?

–Lo más difícil ha sido acercarme a los recuerdos de la infancia y aceptar la huida. Emocionalmente, recordar los momentos de la muerte de mi madre me llevó a la catarsis y a las lágrimas. Asumir el síndrome de abandono para superarlo.

 

¿Cómo ha sido el proceso de escritura?

–Empecé escribiendo recuerdos, a la vez que escribía fui creando situaciones, personajes hasta que vi que podía escribir la novela. En el proceso tardé un año.

 

¿Cuál es la relación entre realidad y ficción en su obra?

–Como ya he dicho creo que es autoficción, con ello no se quiebra el pacto con los lectores. No es una novela autobiográfica pero los sucesos están tomados de mis recuerdos, de mis vivencias.

 

La novela está dedicada a su madre....

–Sí, mi madre falleció cuando tenía treinta y ocho años, hace ya cincuenta y tres. Fue una mujer muy cariñosa y tierna, muy expresiva, con una sonrisa que iluminaba la vida. Pero además, mis padres se quisieron mucho, estaban muy enamorados y fue así hasta el último momento. Mi madre nos dejó el legado del amor sin complejos.

 

¿Qué papel cumple la escritora María Alcantarilla en esta obra? La cita en su agradecimiento...

–Llevo tres años asistiendo a los talleres literarios que María Alcantarilla imparte en la UCA. María es una gran profesional. Con ella le he perdido el miedo a la escritura, esa especie de veneración hacia el libro que  paraliza. He aprendido a depurar mis escritos, a escribir con un estilo propio. He adquirido un ritmo de escritura. En el proceso de cuando baje la marea me ha animado en todo momento y siempre confió en que este sueño se haría realidad.

 

¿Cuáles son sus proyectos de futuro literario?

–Me gustaría publicar un libro de relatos y, más adelante tengo idea de escribir otra novela.

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