Los renovadores miran con lupa los movimientos del otrora todopoderoso Luis Pizarro ante un asalto a la secretaría provincial.
En sus tiempos fueron uña y carne. Hoy, dos ex alcaldes de Chiclana se ven las caras en bandos contrarios, Manuel Jiménez Barrios apoyando a los renovadores y José María Román a los cabañistas.
De hecho, mientras el segundo se ha negado a firmar el manifiesto en contra de Francisco González Cabañas, el primero hace bandera de una renovación que tiene en frente a todo un aparato político que durante años ha llevado las riendas de la provincia y todavía cuenta con demasiados pesos pesados institucionales que inclinan la balanza, por ahora, a las tesis de la secretaría provincial.
Sin embargo, la lista al Congreso es sólo el último cartucho disparado, pero el principal motivo de la batalla puede estar mucho más cercano a establecer un fortín inexpugnable para las huestes del presidente andaluz, José Antonio Griñán.
Una vez que el secretario provincial del PSOE, alcalde de Benalup hasta que salga elegido diputado, no puede volver a presentarse, los renovadores consultados por este periódico miran con lupa los pasos que está dando en la provincia el otrora poderoro secretario de Organización del PSOE de Andalucía, Luis Pizarro, para hacerse con la secretaría provincial.
El núcleo duro se mantendría con solidez -al menos hasta las elecciones autonómicas de la próxima primavera- el suficiente tiempo como para impedir que los griñanistas pongan un solo pie en la sede gaditana.