El Parlamento británico debatió ayer, en una extensa sesión, una moción de la Comisión de Asuntos Exteriores en la que se instaba al Gobierno de Londres a adoptar una línea más dura contra España. Incluso planteaba llevar el conflicto del Peñón ante la Justicia Europea.
La sesión celebrada ayer en la Cámara de los Comunes fue larga y, a menudo, apasionado sobre Gibraltar.
El debate fue una respuesta a un informe de la Comisión de Asuntos Exteriores, quien dijo que era hora de adoptar una postura más firme de cara a las políticas españolas agresivas hacia Gibraltar.
De hecho, todos los parlamentarios que intervinieron coincidieron en la conclusión de que “hay que actuar de una manera más firme” frente al Gobierno español, especialmente por tres problemas fundamentales: las incursiones, que se han mantenido e incluso recrudecido en los últimos meses, llegando a registrarse incidentes graves, según destacaron; las colas en la frontera, que se registran muy a menudo y durante largas horas en algunos casos; y el conflicto respecto a la inclusión de Gibraltar en el Espacio Aéreo.
El Ministro para Europa, David Lidington, no reveló en esta sesión el detalle de los cambios que desarrollarán en la política del Gobierno británico.
Esto provocó que el presidente de la Comisión, Sir Richard Ottoway , manifestara que el debate había sido excelente , pero que se había quedado con una sensación de decepción.
Y es que en la moción se incluía la propuesta de que el Reino Unido llevara al Gobierno de España ante el Tribunal de Justicia Europeo por su tratamiento hacia Gibraltar.
En un informe publicado el pasado mes de julio, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes había dado un ultimátum: A menos que la situación en la frontera entre Gibraltar y La Línea hubiera mejorado en los seis meses siguientes, el Reino Unido debería dejar clara su intención de iniciar un procedimiento judicial contra Madrid .
Pero David Lidington, en su intervención de ayer, dijo que esto sería un proceso muy largo y, “aunque no lo descartamos”, el Gobierno del Reino Unido “prefiere buscar soluciones con la Comisión Europea” .
Mike Gapes, por su parte, apuntó que “el Gobierno de Madrid no puede perjudicar los intereses de sus ciudadanos al ir en contra de Gibraltar”. Y Richard Ottaway advirtió que “España no puede permitir que su política sobre el Peñón tenga consecuencias en sus relaciones con Reino Unido”. Además, consideró que “es hora de que Reino Unido ponga fin a la política de moderación ante las agresiones de España”.
No todo fue negativo
En sus intervenciones, los parlamentarios pusieron de relieve también algunos aspectos positivos. En este aspecto, Lidington destacó que “las poblaciones de Gibraltar y Andalucía se benefician mutuamente”, tanto económica como socialmente. A lo que Jack Lopresti añadió que el Peñón es “un crisol fantástico de religiones y culturas, además de un ejemplo para el mundo”.
Robert Neil destacó que “Gibraltar cumple los más altos estándares de cooperación legal” y varios parlamentarios coincidieron al señalar que se ha trabajado bien con los sucesivos gobiernos de Gibraltar, añadiendo que “ahora la colaboración es más regular” que en anteriores etapas.