Un grupo de 42 jóvenes inmigrantes extuletados que viven en Chiclana de la Frontera (Cádiz) han conseguido una "oportunidad" de trabajo y de "realización personal" al empezar a trabajar en Bonares (Huelva) en la recolección de la fresa hasta finales de junio.
"Son jóvenes que estaban confinados, sin poder hacer nada y que no tenían permiso de trabajo", explica a Efe Juan Molina, presidente de la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo (AFASODE) que ofrece apoyo a este colectivo una vez que, al cumplir 18 años y convertirse en mayores de edad, tiene que dejar los centros de menores en los que vivían bajo la tutela y protegidos de la admnistración.
Molina recuerda que esta población tiene "la dificultad añadida de que ahora no hay trabajo en ningún sector" debido a la situación de confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus, por lo que esta oportunidad "es un soplo de aire fresco que les permite tener autonomía y emanciparse".
"Estaban muy nerviosos por su primer día pero contentos y con muchas ganas de empezar", asegura a Efe el responsable de esta asociación poco después de que los muchachos y muchachas partieran, sobre las 5:30 de esta madrugada, en un autobús rumbo a su oportunidad laboral.
De estos 42 jóvenes, 38 son migrantes y 4 son de nacionalidad española, todos entre los 18 y los 21 años de edad.
Pertenecen en su mayoría al proyecto "Emprendiendo el vuelo" de AFASODE, pero también de la Fundación Pro-Libertas (Algeciras), la Asociación Alendoy (Cádiz) y la Red de Acogida de El Puerto de Santa María.
AFASODE ha contactado con más de 70 entidades y empresas agrícolas desde que se publicase el Real decreto 13/20 de 7 de abril por daba la posibilidad de ofrecer un permiso de trabajo a este colectivo para afrontar la recolección de frutas y verduras en esta campaña que se afronta con las dificultades de movilidad para los temporeros.
La Asociación, que trabaja para que estos jóvenes puedan buscar su autonomía, aprovechó la oportunidad para estos muchachos y muchachas, que en su mayoría tienen permiso de residencia pero, hasta ahora, no de trabajo.
Ha sido "complicado", confiesa Juan Molina, buscar un hueco en esta oportunidad de trabajo porque muchas de las empresas no ofrecían condiciones laborales "dignas".
Finalmente, Molina dio con la empresa El Pilonar, en Bonares, que ha ofrecido unas condiciones de trabajo adecuadas bajo el convenio colectivo de los trabajadores agrarios, con un sueldo en torno a los 42 euros por día, y les ha facilitando alojamiento gratuito en casas de nueve personas ubicadas en la misma finca.
Para facilitar su movilidad entre provincias, la empresa onubense envió un certificado de trabajo a cada uno de estos jóvenes, que "no presentaban síntomas de estar infectados por COVID-19", señala.
"Esta población sufre en estos momentos una doble victimización y por lo tanto una oportunidad como ésta es importante tanto para su realización personal como para su inserción laboral, permite que tengan un permiso de trabajo que les facilitará y abrirá nuevos caminos", argumenta Juan Molina.
El responsable de esta asociación se muestra "muy orgulloso" de lo conseguido y se muestra confiado en que esta población migrante "va a demostrar su talento, su capacidad de trabajo y su aportación a nuestra sociedad y a nuestro desarrollo económico y social".
"Aunque ellos no lo sepan, su labor tiene un valor importante para la población al hacer el trabajo que no quieren hacer los españoles", señala.
Estarán en Huelva en principio hasta junio, aunque Molina asegura que la recolección de la fresa "no son matemáticas", por lo que se puede alargar un poco más. EFE
