2018 ha sido el año en que el Festival de Málaga ha dado el empujón definitivo hacia el cine iberoamericano y, de hecho, la vigésimo primera edición ha registrado el doble de cintas de esa procedencia que querían concursar, que llegaron a las trescientas, y ha estado bendecida por Guillermo del Toro.
"Lo que nos enseñan los monstruos es que ser falible e imperfecto es lo más bello que puede ocurrirnos a los seres humanos", dijo Del Toro al recibir el Premio Málaga en un certamen que entregó dos Biznagas de Oro, a la mejor película española para "Las distancias", de Elena Trapé, y a la mejor iberoamericana para "Benzinho", una coproducción brasileño-uruguaya dirigida por Gustavo Pizzi.
A pesar de comenzar pasado por agua, los efectos del temporal no alejaron a los fans de la alfombra roja del Teatro Cervantes, punto neurálgico del Festival y escaparate para "celebrities" nuevas y consolidadas, de Ingrid García Jonsson a Belén Rueda, pasando por María León, Aura Garrido, Amaia Salamanca o Najwa Nimri.
J.A. Bayona, José Sacristán, José María Morales o David Trueba confirmaron que Málaga sigue siendo punto de encuentro para los mejores actores, productores y cineastas nacionales, acompañados por las jóvenes directoras de la Escuela de Cine de Cataluña, que dejaron, en la sección oficial, una muestra de lo que son capaces.
Sin el recuento de los datos del cine español en el primer trimestre que, tradicionalmente, ofrecía en el Festival la patronal de los productores, FAPAE, en proceso de desintegración por el abandono progresivo de sus miembros, el 20 aniversario del proyecto Ibermedia abanderó el movimiento de la industria, que hizo algunos avances.
Entre ellos, la creación de un fondo de ayuda para el cine de animación, que se incluirá en el presupuesto de 2019, con cerca de 167.000 euros (200.000 dólares), de modo que cada proyecto opte a una ayuda financiera máxima de 25.000 euros o 30.000 dólares.
Además, y gracias a la intermediación del director general del ICAA, Óscar Graefenhain, Málaga fue sede estos días de la Conferencia Semestral de la CAACI, la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica, que reunió a los presidentes de los institutos de cine de esta región.
En cuanto al cine, hubo agradables hallazgos, sobre todo en las óperas primas, como la comedia feminista que presentó la rondeña Marta Díaz de Lope, "Mi querida cofradía", y películas que se extrañaron en la sección oficial; es el caso de "Jefe", de Sergio Barrejón; "Solo", de Hugo Stuven, o "I hate New York", de Gustavo Sánchez.
La sorpresa quizá ha venido precisamente del cine iberoamericano, con las brillantes aportaciones cubanas y brasileñas, además de la impactante cinta uruguaya "Ojos de madera", que causó sensación por su original propuesta en blanco y negro de un cuento de fantasmas creado a partir de la soledad de un niño.
Y "Benzinho", que además de una de las Biznagas de Oro se alzó con el premio de la Crítica y con el premio Feroz Puerta Oscura que otorga la Asociación de periodistas Informadores de Cine de España (AICE).
Como señala el director del Festival, Juan Antonio Vigar, en esta edición "se han consolidado las dos líneas de trabajo emprendidas el año pasado", por una parte "el abrazo estrecho al cine iberoamericano y a su amplia comunidad cultural" y, por otra, "el desarrollo de una importante área de industria para favorecer la promoción y venta internacional de nuestro cine".