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'Circuni', el mayor espectáculo del curso

Cuando Cecil B. DeMille dirigió hace más de 60 años "El mayor espectáculo del mundo", llevó al cine con toda la espectacularidad del Hollywood de los años 50 el mundo del circo, lo que entonces era una de las atracciones tanto para mayores como para los más pequeños

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  • 'Circuni' -

Cuando Cecil B. DeMille dirigió hace más de 60 años "El mayor espectáculo del mundo", llevó al cine con toda la espectacularidad del Hollywood de los años 50 el mundo del circo, lo que entonces era una de las atracciones tanto para mayores como para los más pequeños.

Hoy, tanto los unos como los otros viven con otras preocupaciones y la televisión, Internet o los videojuegos han ganado espacio a la ilusión que despertaba la barraca de circo, ese lugar donde uno entraba a esperar que pasaran cosas.

Sin embargo, la actividad circense no sólo no se ha perdido, sino que sigue despertando las mismas sensaciones entre niños y adultos. Tanto es así, que en la Universidad de Córdoba han puesto en marcha el programa educativo "Circuni", la pionera Escuela de Circo en la Facultad de Ciencias de la Educación.

Durante 11 semanas -cada jueves a mediodía-, los futuros maestros aprenden técnicas del mundo del circo para utilizarlas luego como herramientas pedagógicas en las aulas, y lo hacen de la mano de dos payasos profesionales, los Hermanos Moreno -Pepe Ciclo y Güili-, que llevan décadas como profesionales del circo.

Monociclo, diábolo, platillos chinos, malabares, funanbulismo, acrobacias básicas, aéreos, globoflexia. Un buen ramillete de actividades son las que se impartirán hasta el 21 de mayo, según explica a Efe Güili.

Los Hermanos Moreno creen fervientemente en las posibilidades pedagógicas de la actividad circense, no sólo por sus efectos positivos en la motricidad, sino porque estimula valores como la superación, la cooperación, la sociabilidad y el trabajo en grupo.

"Son valores que se pueden trabajar con otras disciplinas, pero el circo tiene ese aspecto novedoso, que permite que el niño venga con otro ímpetu", especifica Güili, que destaca que "el circo es alegría, es risa, es energía".

Las clases se están desarrollando para grupos de 20 o 30 personas, en su mayoría chicas de magisterio, y alumnas de Arte Dramático, y todos llegan, según los Hermanos Moreno, con una actitud muy abierta.

"Hay algún caso de gente que dice 'a mí no me sale', pero como esto es pedagógico, lo primero que decimos es que esa no es la actitud de un maestro", señala el menor de los hermanos, que añade que no se trata de llegar al virtuosismo, sino que aprendan a desglosar una habilidad para llegar a la base y a partir de ahí se enseña a los niños y niñas.

Su hermano, Pepe Ciclo, que enseña a los alumnos cómo sostenerse sobre el monociclo, dice orgulloso que esta es la primera escuela universitaria de circo de España, y destaca que se trata de un trabajo "muy distendido", que incluye habilidades, una parte lúdica, y otra pedagógica.

En su caso, lleva 30 años dedicado al mundo del circo. "Cuando empecé al circo sólo se dedicaban familias. Era un círculo bastante cerrado, y ahora mismo hay escuelas, y la Asociación de Circo de Andalucía, que ha servido para acercar el circo a la sociedad", apostilla.

Los alumnos, por su parte, viven las clases entre la sorpresa y la satisfacción que da cuando las cosas salen bien.

Por ejemplo, Isabella, una estudiante Erasmus de Austria, dice que en su país hay cosas así, sobre todo para niños, pero no para universitarios, mientras que María cree que debería haber más iniciativas de este tipo en la facultad, porque se estudian muchos aprendizajes memorísticos, cuando los niños lo que necesitan es divertirse mientras aprenden.

Güili concluye que la experiencia está siendo muy positiva, por lo que espera que el programa se implante definitivamente el año que viene en la Escuela de Magisterio.

Tras toda una vida dedicada a hacer reír, los Hermanos Moreno son tajantes al respecto de las virtudes de una iniciativa como esta.

"Los niños se vuelven vagos, se quedan en casa que es donde pueden jugar a la maquinita, pero cuando van a ver el circo, salen encantados", concluye Güili.

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