Recién llegada de una romántica y lujosa escapada de cuatro días con Íñigo Onieva a París, y a tan solo dos meses de su boda, La mala suerte se ha cebado con Tamara Falcó en su cita semanal con 'El Hormiguero'. Y es que la hija de Isabel Preysler ha sufrido el primer esguince de toda su vida al caerse minutos antes de comenzar el programa. Para sorpresa de la audiencia -y preocupación de sus seguidores- la marquesa de Griñón ha entrado al plató caminando con ayuda de dos muletas; eso sí, sin perder la sonrisa en ningún momento.
"Venía corriendo a la tertulia y como me gusta llevar los zapatos un poco grandes, me he caído. Aquí venimos lisiados, 'Show must go on'. Es mi primer esguince" ha reconocido resignada y con sentido del humor. Sin perder la calma, y convencida de que este traspiés no afectará a su enlace, Tamara aseguraba que ya había hablado por teléfono con su fisioterapeuta de confianza y que iba a poner solución cuanto antes a su desafortunada lesión.
Dicho y hecho. Sin tiempo que perder, la socialité se marchaba directamente desde 'El Hormiguero' a una clínica de guardia en el centro de Madrid -en cuya puerta se podía leer 'quiromasajista'- para intentar solventar esta 'mala pata' que podría aruinar su boda de no tratarse a tiempo.
Tras varias horas en el interior, y ya entrada la madrugada, Tamara salía de la clínica con la única compañía de su perrita Jacinta -que la acompañó al programa en esta ocasión- y con la ayuda de unas muletas con las que caminó con dificultad hasta el coche que la esperaba.
Ideal hasta en estas circunstancias con un tres piezas de pantalón sastre, blazer y chaleco en color crema, y sin perder la sonrisa en ningún momento, la marquesa ha afirmado que se encuentra "bien" y ha revelado que su visita de urgencia al centro quiropráctico ha dado sus frutos porque le han "recolocado muy bien" el tobillo.