La dualidad extrema que se vive entre Betis y Sevilla no deja de estar siempre salpicada de hechos que viajan de la mano en modo equidistante aunque en ocasiones, como la que acontece en la vida de ambos conjuntos, acarreen un estado de ánimo futbolístico y clasificatorio bien distinto.
El cuadro blanquiverde ha deparado en los tres últimos encuentros, una estadística curiosa cuanto menos en la comparativa con su homólogo sevillista. Similares enfrentamientos y mismo desenlance. Victoria ante el Real Madrid por 1-0 como local, tres puntos de oro en Riazor con relativa solvencia y un derrota contra el mejor equipo del planeta Tierra cuando todas las crónicas apuntaron y con justicia; más merecimiento por el juego realizado en sendos casos.
Nadie es partidario en el mundo del fútbol de jugar a adivino y más si tenemos en cuenta que se trata nada más y nada menos que del ‘Curro Betis’; pero si algo espera el beticismo, es que no se produzca un efecto de dimensiones paralelas en cuanto a las secuelas que originó el bajón productivo en materia de puntos con la consecuente devaluación y alejamiento de los puestos europeos que terminó por minar las prestaciones del adversario por antonomasia de la ciudad.
Caprichos del calendario, tocará el lunes 17 poner rumbo a Vigo para disputar un duro duelo en Balaídos frente al Celta. Javi Varas y Beñat presumiblemente volverán a verse las caras. Sólo Dios conoce lo que el futuro dirimirá.