A cuartos por lo recogido en la ida. Lo de anoche no tuvo sentido alguno, pero no es excusa para la lastimosa imagen desplegada por los suplentes de Míchel.
El propio entrenador ya avanzó que entre suplentes y canteranos conformaría el equipo inicial para enfrentarse al Mallorca de Caparrós. Así, regresó Palop a la portería. Botía y Cala en el centro de la zaga, con la gran novedad del canterano Alberto Moreno en el lateral izquierdo, dando así descanso al incombustible Fernando Navarro. Por el centro del campo, la incursión de Javi Hervás, mientras que el nuevo fichaje, Miroslav Stevanovic, tendría que esperar su oportunidad desde el banquillo. Y arriba, los casi olvidados Manu del Moral y Babá. El Mallorca hizo lo propio. Con sus jugadores importantes en las islas, Caparrós dispusó de los menos habituales para saldar este “marrón”. El Sevilla también dejó a Negredo, Navas o Medel en la grada.
El partido, lo que casi todos pudieran preveer sin atisbos de lucidez. El balón lo quiso el equipo de Míchel desde el inicio y no tuvo muchas complejidades para lograr su objetivo. Sin mucha peligrosidad en los ataques, como si ni uno ni otro quisiera hacerse más daño que el ya realizado en la ida, el Sevilla dispuso de carambola de la ocasión más clara para materializarla y ponerse por delante casi sin despeinarse. Llegó el 1-0 en el minuto 21, en un saque de esquina blandito que se paseó por el área de Calatayud sin oposición. La pelota cayó en las botas de Cala que puso de gol a Manu del Moral. A bocajarro, el jiennense no perdonó y puso por delante a los suyos.
Poco más en 45 minutos donde lo más noticiable estuvo entre el banquillo y la grada. Por una parte, el recibimiento del sevillismo al técnico utrerano. Todos al unísono entonaron el: “Caparrós, Caparrós, Caparrós”. Lógicamente, motivado por el gesto realizado en el Villamarín. Así es Sevilla. Y en la grada, el sector bajo de Gol Norte no dejó de acordarse del máximo dirigente de la entidad, José María del Nido. Cánticos que cada vez son menos silbados por el respetable. Y ello, añadido al gol y al partido serio del joven Alberto Moreno, lo más destacable. Por cierto, ni un tiro a puerta del segundo delantero de la plantilla de Míchel, el tentado Babá.
El segundo tiempo al menos sirvió para ver a Stevanovic disputando sus primeros minutos con la camiseta sevillista. Lo hizo por banda derecha, su posición natural.
Pero la segunda parte, en lo deportivo, fue una catástrofe. En la línea de este equipo desdibujado desde hace mucho tiempo. Así, en el 51’, el jovencísimo y recién salido Brandon remató a placer un mal lanzamiento de su compañero israelí Hemed. Sólo corrieron cuatro minutos cuando el ex sevillista Alfaro se aprovechó de un despeje de cabeza de infantiles de Juan Cala. Batió en el mano a mano a Palop y le dio la vuelta al marcador. Fue entonces cuando se escuchó con ahínco el “Del Nido vete ya”. Y es que a pesar de ser casi un amistoso con público, pero en Nervión no está el horno para más bollos y lo de ayer fue infame. Una falta de respeto hacia aquel que se salta horas laborales o deja de estudiar para acompañar a los suyos en un partido sin vida y sin historia, pero no por ello debiera ser sin ni siquiera una pizca de motivación. Nueva muestra de una triste y ya longeva mediocridad.
Míchel: “Los rumores distraen a algunos jugadores”
Pasaba Míchel por sala de prensa para hacer balance de un partido que para el míster “no ha molestado”. “Nuestra idea es que este club siempre tiene que intentar ir a ganar. Tenemos carencias, pero a veces el equipo recibe donde más le duele. Hay jugadores que andan distraídos. Pero los rumores no tienen por qué descentrar”.
Caparrós: “El sevillismo tiene que estar ahora unido”
Ha sido uno de los grandes protagonistas de una triste noche copera en el Pizjuán. Fue ovacionado en su enésimo regreso y dejo un mensaje en sala de prensa para la afición: “Quiero que el Sevilla llegue lo más lejos posible y también que el sevillismo esté unido en estos momentos. Muchas veces no bajan lo peores, sino los distraídos”.