La Real Sociedad se llevó una importante victoria de La Romareda en su objetivo de meterse en puestos europeos después de un partido que apenas duró media hora, la que tardó el conjunto donostiarra en endosarle dos goles a un Real Zaragoza que continúa con su nefasta racha en su estadio.
El gol local llegó demasiado tarde como para pensar en un empate, en tiempo añadido, y apenas si dio tiempo a sacar de centro al conjunto foráneo porque el colegiado pitó el final del encuentro a renglón seguido.
Por contra, el equipo zaragozano desaprovechó una gran oportunidad para haberse alejado de los puestos de descenso de la clasificación e instalarse en una zona mucho más cómoda.
La Real, que llegaba al feudo aragonés como un visitante poco efectivo, también se aprovechó de la debilidad de su anfitrión que sigue sin conocer la victoria en 2013 y que no gana en casa desde el 10 de noviembre de 2012 cuando derrotó al Deportivo de La Coruña.
La película de los encuentros en el estadio zaragozano se volvió a repetir una vez más. En la primera llegada del conjunto visitante anota gol, en este caso obra de Antoine Griezmann, y pone a remolque al conjunto maño con los problemas que tiene para crear juego.
Si a eso se le añade que el Real Zaragoza sufrió la temprana expulsión de Héctor en el minuto 21, todavía se ponían las cosas más complicadas para los propietarios del terreno.
El equipo de Philippe Montanier, por delante en el marcador y con un hombre más, algo que se ha repetido esta temporada en seis ocasiones además de la del Zaragoza, supo jugar sus bazas y con tranquilidad y moviendo el balón esperó su oportunidad para marcar el segundo gol de la tarde, obra de Agirretxe, que prácticamente dejaba sentenciada la contienda.
La Real Sociedad había rematado dos veces a puerta y había anotado dos goles ante un rival desangelado que si estando once tiene problemas para crear ocasiones de gol, en esta ocasión todavía evidenció más esa carencia.
El meta chileno Claudio Bravo apenas fue un espectador en su área cuyo trabajo más duro fue salir a algún balón colgado sin excesivo peligro.
Los cambios introducidos por el técnico zaragocista, Manolo Jiménez, tampoco dieron resultado para intentar darle la vuelta a la situación porque la Real estuvo cómoda con su superioridad numérica, supo mover el balón en un rondo gigante a todo el campo para que el Real Zaragoza corriera detrás de él y apenas lo tuviera y así no dispusiera de ocasiones de gol.
Por contra, fue el conjunto guipuzcoano el que pudo aumentar los guarismos del marcador pero el meta zaragocista Roberto tuvo varias intervenciones de mérito que lo impidieron.
El tanto zaragocista, en el tiempo añadido, fue una anécdota porque ya no daba tiempo para nada más.