La fachada de La Masía no era, a juicio del FC Barcelona, el gran negocio imaginado por MCM (Muro Cortina Modular Publicidad) cuando, en junio de 2010, firmó con este club un contrato para convertir el edificio que acoge a los jóvenes talentos de la entidad azulgrana en un novedoso soporte publicitario que proyectaba los anunciantes a través de diodos de luz.
Ese es el mensaje que el club catalán ha querido dejar claro en el juicio que ha empezado hoy en la Ciudad de la Justicia y en el que la empresa presidida por Antonio García Valdecasas le reclama 100 millones de indemnización por incumplimiento de contrato.
Según MCM, el Barça no ha colaborado en la atracción de anunciantes, tal como estipula el contrato. Al contrario, ha vetado cualquier propuesta de Muro Cortina Modular Publicidad, que asegura haber trasladado a la entidad azulgrana, sin éxito, el interés de empresas como Banco Santander, Red Bull o Cacaolat.
El club alega la ausencia de ofertas concretas y una incompatibilidad entre los anunciantes propuestos por el demandante y los patrocinadores que ya tiene el club. De modo que un acuerdo con Banco Santander, por ejemplo, sería imposible, dada la vinculación que la entidad azulgrana mantiene con la Caixa.
Ademas, acusa a MCM, que posee la patente de construcción de dobles pieles con leds en edificios, de no tener experiencia en contratación publicitaria y de fijar unas tarifas de explotación que están absolutamente fuera de mercado, lo que habría frenado el interés de posibles clientes.
MCM, representada por el abogado Mario Conde, estima el lucro cesante por supuesto incumplimiento contractual del Barça en cien millones de euros, una cantidad que el expresidente del FC Barcelona, Sandro Rosell, ha calificado de "absurda" durante su comparecencia de hoy.
Rosell ha recordado que él no negoció el contrato, que se firmó en los estertores del mandato de Joan Laporta, pero que la junta directiva que presidió "lo mejoró", al pactar unas condiciones más favorables a sus intereses en diciembre de 2010.
"Redujimos su duración de 25 años a cinco. Me sorprendió que sabiendo que entraba un nuevo gobierno en el club hubieran firmado ese contrato y además por tanto tiempo. Me pareció escandaloso. Lo cambiamos porque la política del club era no hacer contratos tan largos", ha explicado.
El expresidente de la entidad azulgrana ha aclarado que él es experto en mercadotecnia deportiva "pero no en publicidad inmobiliaria".
Por eso ha justificado su desconocimiento sobre los detalles del contrato y ha asegurado no recordar si, en diversas reuniones, el propio García Valdecasas le había trasladado el interés de algunas empresas por convertirse en anunciantes.
"No recuerdo esas conversaciones pero, en cualquier caso, al señor García Valdecasas siempre le remití a la dirección de marketing", ha declarado Rosell, quien ha recordado que "la responsabilidad de buscar anunciantes recaía en MCM.
"Nosotros lo que hicimos siempre es ayudar pero, mientras yo estuve en el club, no nos trajeron ni una oferta", ha apostillado el expresidente del Barça.
Por el juzgado número 25 de primera instancia de Barcelona pasaron esta mañana, además de Rosell, el también expresidente Joan Laporta, el vicepresidente económico Javier Faus, el vicepresidente responsable del área de patrimonio, Jordi Moix, y los exdirectores general Joan Oliver y Antoni Rossich.
Éste último ha sido de los más contundentes al juzgar las posibilidades de éxito del proyecto ideado por MCM. "Yo siempre tuve serias dudas de que esto fuera un buen negocio", ha sentenciado.
Moix ha lamentado las "expectativas desmesuradas" que siempre ha mantenido MCM respecto a la explotación publicitaria de un edificio situado a 350 metros de la B-30, "con las dificultades de visibilidad que ello comporta" y cuya fachada -asegura- no reúne la estabilidad y seguridad necesarias.
"De la fachada de La Masía se cayeron dos cristales por el cambio de temperatura y hemos tenido que fijar un perímetro de seguridad. También hemos encargado un informe a la empresa BOMAINPASA, que participó en la construcción de la torre Agbar, para evaluar el estado de la fachada", ha apuntado.
En este sentido se ha quejado de que MCM "no haya acudido, en el último año y medio, a ninguna reunión sobre la seguridad de La Masia" y que no se haya hecho cargo de la reparación de la fachada.
Según Laurent Colet, director de márketing del club catalán, un potencial anunciante podría llegar a pagar, en categoría VIP, dos millones de euros anuales por proyectarse en la fachada de La Masia, "un precio desorbitado tal como está el mercado".
En este sentido, Moix ha precisado que los patrocinadores principales del club se les ofreció la posibilidad de anunciarse a través de esta plataforma de leds "y ninguno mostró interés".
Faus tiene claro que existía una incompatibilidad entre los intereses del propio club y de MCM, que pretender vender la asociación de la marca Barça a posibles clientes, "algo que nos corresponde a nosotros y que obviamente no hacemos gratis".
"Ellos tenían unas expectativas de negocio y, en plena crisis, el mercado de la publicidad cayó de manera drástica. A mí me encantaría que me trajeran un acuerdo por 20 millones, porque la mitad serían para el Barça, pero nunca lo han hecho. Pero el contrato sigue vigente y se puede seguir intentando", ha sentenciado.