Estilo Betis. Así se podría describir el envite que este sábado rubricó el conjunto verdiblanco en el Benito Villamarín; para la mayor parte de los asistentes, uno de los peores encuentros que se han podido ver en Heliópolis en mucho tiempo.
Ridículo, esperpento o vergüenza. Estos fueron los titulares que reflejaron las crónicas de todos los medios de comunicación ante la paupérrima imagen con la que el bloque bético deleitó a la grada.
Sin tensión, los pupilos de Pepe Mel no fueron conscientes en ningún momento de la importancia que hubiesen tenido tres puntos, a estas alturas, muy necesarios para por lo menos, intentar abrir brecha en la tabla clasificatoria de la Liga Adelante en la lucha por los dos puestos de ascenso directo a Primera.
Una racha de triunfos consecutivos (15 entre Juan Merino y Mel), que se ha truncado en la jornada en la que menos cabía esperar el fallo del Betis; si bien fiel a su idiosincrasia, el equipo de las trece barras pinchó contra un Leganés como local, con superioridad numérica a partir del descuento de la primera mitad.
Pero la suerte parece que al menos en el aspecto deportivo acompaña al Betis, pues ni Las Palmas, Valladolid, Girona o Sporting, han conseguido arrebatarle el liderato que ahora comparte con los asturianos con 56 puntos.