Unicaja firmó uno de sus mejores partidos esta temporada ante el Real Madrid, pero no fue suficiente para romper la maldición y pasar de cuartos cayendo por 89-84. El encuentro comenzaba con el característico ambiente festivo de Copa en las gradas y, sobre el parqué, una competitividad máxima que se saldó en asfixiante igualdad.
Estrenó el luminoso Dani Díez y le replicó Fabien Causeur. El seguimiento era estrecho y el marcador no tenía dueño. La lucha fue titánica bajo los aros. Al término de este periodo, empate a 23.
En el segundo cuarto brilló el sello madridista con un talento ofensivo que le permitió ponerse por delante (31-23). Unicaja dio la vuelta al marcador a base de defensa con un parcial de 0 a 11.
Adam Waczynski puso el 31-37 desde la línea de 6,75, misma distancia a la que se unió un inconmensurable Carlos Suárez, que volvió a regalar un despliegue de esfuerzo y raza. La defensa de los cajistas impulsaba el acierto ofensivo para mantener a los malagueños por delante.
Jeff Brooks, con un tiro desde la línea de tiro libre, rompía con facilidad la zona blanca, que parecía no saber detener a los malagueños. Y llegó Facundo Campazzo. El argentino volvió a dar oxígeno al Madrid con dos entradas consecutivas y una asistencia para dejar el 40-45. Despertaba de nuevo el equipo de Pablo Laso para volver a ponerse por delante antes del descanso (46-45).
Alberto Díaz, de tres, fue el primero en anotar en el inicio del tercer cuarto. Thompkins aprovechó su ventaja física ante el propio base malagueño para sumar. Sasu Salin seguía muy acertado y James Augustine logró un canastón a aro pasado. Se mantenía Unicaja con una ligera ventaja que recortó el Madrid con dos triples consecutivos.
El ritmo era intensísimo, la igualdad máxima y Suárez tampoco fallaba de tres. El tercer cuarto finalizó con un marcador de 64-66. Waczynski estrenó los últimos diez minutos desde el 6.75, misma distancia desde la que contestó Randolph. Nedovic y, otra vez el polaco, volvían a estirar la distancia pero Rudy volvió a igualar a 77.
Tavares, desde el tiro libre, puso la máxima ventaja para el Madrid. El escolta serbio de Unicaja anotó lo impensable pero el triunfo fue para los blancos y Unicaja alarga la maldición y vuelve a caer en los cuartos de la competición copera.