Es sin duda al que peor le vino la detención del fútbol por la emergencia sanitaria. Llegaba de ser héroe en un escenario de excepción: Anfield Road
Cuando la sociedad española comienza a retomar sus costumbres y se pregunta cuánto tiempo será necesario para volver a la situación previa a la pandemia, hay un futbolista en el Atlético de Madrid que querrá esmerarse al máximo en la desescalada para volver a su estado 'preCOVID': Marcos Llorente.
Es sin duda al que peor le vino la detención del fútbol por la emergencia sanitaria. Llegaba de ser héroe en un escenario de excepción: Anfield Road, donde dos goles suyos al poderoso Liverpool, campeón de Europa, cambiaron el sino de partido que hasta entonces estuvo en los guantes de su compañero esloveno Jan Oblak.
Dos zapatazos similares, desde el borde del área y buscando el palo izquierdo del portero Adrián San Miguel, permitieron al Atlético voltear una eliminatoria que parecía sentenciada por el gol del brasileño Roberto Firmino al inicio de la prórroga.
"Ni en los mejores sueños. Fueron goles parecidos, desde fuera del área, al mismo palo", recordó un mes después el centrocampista rojiblanco, en una conversación por videollamada con el humorista David Broncano, que llegó a pagar más de 8.000 euros para hacerse con la camiseta del '14' aquella noche en una puja solidaria.
Dos meses y medio después, Llorente prepara el retorno de LaLiga Santander en el grupo de los teóricos titulares para el reestreno que le espera al equipo madrileño en San Mamés, ante su predecesor histórico, el Athletic Club. Junto a Koke Resurrección, Saúl Ñíguez y el ghanés Thomas Partey, parece tener plaza fija en el centro del campo que barrunta el argentino Diego Pablo Simeone.
Este mismo sábado, en la última sesión de esta semana en la que el Atlético ya ha podido trabajar en grupos de 14 con los que simular acciones de juego más cercanas al fútbol real, se pudo ver algún zapatazo de Llorente de una factura similar a los que iluminaron el camino de su equipo hacia los cuartos de 'Champions'.
Esta vez con un disparo alto, aprovechando que no había compañero que presionara el disparo y con un Jan Oblak, que decidió no oponer mucha más resistencia ante el golpeo, Llorente volvió a demostrar eso que Simeone dejó caer tras el doblete en Anfield: "Les invito a ver los entrenamientos, tiene un gran golpeo", dijo entonces.
Con un emoticono de un perro con la lengua afuera ilustraba el Atlético el chutazo en su perfil oficial en la red Instagram, donde suelen ofrecer una visión más distendida de la actualidad del equipo, cuyas evoluciones solo se pueden conocer a día de hoy por las imágenes ofrecidas por el club, debido a las normas sanitarias.
Durante los dos meses de encierro, Llorente fue uno de los jugadores más activos en las redes sociales, tanto por su actividad en los videojuegos como por sus vídeos haciendo ejercicio -fue muy comentado uno en el que saltaba más de un metro, del suelo a un banco, con solo una pierna y de parado- o por sus bromas.
Ahora, la vida ya llega al césped, la semana que viene los clubes podrán entrenar con todos sus jugadores en el mismo grupo y la vuelta a la acción real en San Mamés ya se ve en el horizonte, en dos semanas.
"Los primeros partidos no va a ser como el día de Liverpool, nos va a costar coger el ritmo de los partidos", advirtió el centrocampista el pasado domingo en declaraciones a 'El Partidazo #VolverEsGanar' de Movistar+. "Nos tenemos que adaptar a esta situación, pero estamos llevándolo bien", añadió.
Volver a LaLiga como se fue de la Champions es el reto de la desescalada para Marcos Llorente. Si lo consigue, el Atlético habrá ganado un activo muy valioso en su lucha por recuperar un puesto para la Liga de Campeones de la temporada que viene, un objetivo deportivo y económico clave para la entidad.