Unos sapos que se transforman al llegar el Carnaval en unos príncipes que coronan una charca y las relaciones que se estropean por estas fiestas, tal y como anuncian en su primera letar. Defensa de lo gaditano más localista con su crítica a “los catetos”.
Buen giro en su recta final con los que ponen en su alegato cargar con todo lo que viene desde fuera de la ciudad.
No suenan mal. Ni mucho menos en su apuesta por cambiar respecto al año pasado con la comparsa femenina, dejan de perder su estilo y su envite de ofrecer un pase destacado.