La comparsa de Jaén regresó un año más al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas tras el buen papel que realizó la pasada edición, a pesar de quedarse en preliminares. Esta vez, en cambio, dio la sensación de que dieron un paso atrás con una idea ya manida en este concurso, en la que representaban la 'esclavitud' de la sociedad actual por culpa de los móviles.
El primer pasodoble fue dedicado a sus padres, en agradecimiento, muy al tipo, por no haberles brindado una vida en la que estuvieran condenados a vivir pegados al teléfono. El segundo, contra el maltrato.
Los cuplés, algo flojos. El primero para los niños de hoy en día, el segundo, para ellos mismos y sus fotos en el gimnasio.