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El Puerto

El descanso del capitán

Mere mima a Galiano, que se perderá el choque ante el Coria, y al que intenta recuperar su forma física tras sus problemas en uno de sus tobillos.

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  • Ha sido el único jugador de campo que lo ha jugado todo. -

Se ha convertido en el auténtico líder del grupo dentro y fuera de los terrenos de juego. Él es el capitán. Cuando él habla, todos escuchan; cuando él ordena, todos obedecen.

Se ha ganado como nadie los galones que luce, nadie le ha regalado nada. Sin él la historia en el sprint final de la temporada pasada hubiera terminado de otra manera. No se sabe cual, pero bastante diferente, seguro. Fue el precursor de anteponer primero los intereses del equipo a los personales, en un vestuario con muchos frentes abiertos y sin que nadie tomase la responsabilidad de hacerse con el mando de una nave a la deriva.

La implicación, las formas del jerezano y el carácter ganador de Diego Galiano contagiaron, no quedaba otra, a un vestuario que fue consciente, algo tarde según algunas voces, de tomar el pulso a una Liga que se desangraba a gorgotones.

Hubo un partido que marcó y en el que quiso dar un paso al frente. Ante el Arcos y después de un partido para desterrar de la historia racinguista, tomó el liderazgo para buscar dar una solución positiva. A falta de tenientes, el capitán, sin brazalete, se echó el equipo a sus espaldas. Enseñó el camino.

Eso le valió para ganarse la confianza de los que sí apostaban por competir y luchar, por no rendirse y no caer en desganas y no desfallecer. Llegó en diciembre, pero parece que lleva toda la vida. Con el curso en proceso embrionario, puso pocas condiciones para continuar y a pesar de tener varias ofertas, prefirió quedarse. La más elemental, quería “hombres” en su proyecto.

El club escuchó detenidamente y entendió que hay factores que siempre importan y que son decisivos, y donde el compromiso, la ilusión o el carácter deben estar sí o sí en una plantilla.

Por eso fue de los primeros en renovar y en dar el OK a continuar. Sabía que se había aprendido la lección, que había que renovar el plantel, que sobraban algunos tics peligrosos y que tocaba hacer un punto y a parte. No es casualidad que sea el capitán y el que lidere al equipo.

Este domingo no estará en Coria, la quinta amarilla ante el Algeciras, le impedirá estar con los suyos. Sufrirá fuera, dará las consignas necesarias y animará a los que salten al terreno de juego. Con el mismo tesón y con esas mismas ganas, se cuida para volver a estar al 100%. Y es que el tobillo no aguantó el ritmo que él le impone.

Ha sido junto a Ismael los únicos que no se han perdido un solo minuto de competición. Volverá ante el Ayamonte, Mere lo cuida porque sabe que buena parte y gran ‘culpa’ de la solidez defensiva la impone Galiano.

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