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El Puerto

Derrota de Pasión

El Racing Portuense cayó por la mínima ante el Mairena, volviendo a dejar al lado sus calamidades extradeportivas. Se reclamó un posible penalti dentro del área local a Juanmi.

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No pudo ser. La empresa era difícil, pero no imposible. Los racinguistas se aferraron a la fe para complicar al Mairena en un desplazamiento complicado. El equipo sevillano, tercer clasificado, se aprovechó de un gol de Melchor para vencer a unos racinguistas que lo intentaron sin suerte hasta el final.

Un nuevo derroche de pundonor y sacrificio no fue suficiente para sacar un empate que mereció en tierras sevillanas. Y es que al compromiso, le faltó la chispa ofensiva necesaria para sacar algo positivo. Por tercer encuentro consecutivo, se quedaron sin perforar la meta rival.

El Mairena tuvo que rehacerse nada más comenzar por la lesión de Weto. Las señales de que podía saltar la sorpresa en el Nuevo San Bartolomé, empezaban a ser socorridas por los portuenses. Hasta diez completaron la convocatoria, y cinco lo hicieron desde el comienzo. Con un juvenil, Adrián Lage, entre ellos.

Al cuarto de hora, eran los sevillanos los que tenían el primer acercamiento por la banda izquierda, que salvó en dos tiempos el guardameta Ismael. Minutos más tarde, era Silveira el que, con un centro chut envenenado, complicaba a Madruda, portero local.

Empate a ocasiones, que no a merecimientos si el árbitro hubiese pitado un derribo de Juanmi dentro del área. El puertorrealeño fue obstruido por dos defensores sin que el trencilla señalase nada. Otra historia bien distinta se hubiese escrito de haberlo señalizado y materializado.

La primera amarilla al sevillano Javi Jiménez, que había sustituido al lesionado Weto, pudo marcar el partido, dado que minutos más tarde vería la segunda, al simular un penalti. En la jugada, muy protestada por los hispalenses, reclamaron penalti de Capi.

Nuevamente, el árbitro, que no cobró la parte arbitral (381 euros) correspondiente del Racing, prefirió no mojarse. Para ello ya estaba la lluvia que acompañó incesantemente durante el partido.

Al filo del descanso, Javi Jiménez vio la segunda amarilla y el Mairena se quedó con diez jugadores. Del posible penalti birlado, se pasó a tener superioridad numérica. Ésta no se aprovecharía en la segunda mitad, pues sería el Mairena el que sacó casta y orgullo para complicarles las cosas a Ismael.

La salida en tromba, barruntaba que la tranquilidad tenía los minutos contados. Una doble llegada y un lanzamiento en la frontal del área, llevó la alegría a la parroquia local y la zozobra a la visitante.

La más clara la firmó Vega, que besó un balón a la misma cruceta. El gol era cuestión de tiempo. Y así, Melchor se coló dentro del área y con un balón cruzado, se adelantó a Ismael. Eso era el minuto 58. Aún había tiempo por delante, pero las inercias eran bien diferentes.

Los rojiblancos aguantaban como podían. Rafi Cruz, y tras un pase de la muerte, no encontró un destinatario para que fusilara a Madruga.

En el 77’, Silveira veía la segunda amarilla. Ya había sido perdonado minutos antes. El encuentro se nivelaba en cuanto a efectivos y el Racing empezaba a buscar de forma descarada la meta rival. Buscó el empate y casi lo tiene en las botas del roteño Expósito, que en el 85’, en la más clara, su lanzamiento lo despejó el portero sevillano. Tuvo el empate cuando ya el partido moría.

El Racing Portuense cayó en Sábado de Pasión, a la espera de vencer al Conil la próxima semana (domingo a las 18.00) en el Domingo de Resurrección y certificar la permanencia.

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