El Recreativo Portuense le sentó de maravilla las dos semanas que tuvo sin fútbol. Triunfo ante un rival que vendió cara la derrota, pero que sucumbió a un juego directo de los de Antonio Flor Pedregal en el segundo tramo.
La verticalidad impuesta dejó atrás un juego en el que sin ser preciosista, sirvió para ganar una y otra vez a la lenta defensa sanluqueña, que con el paso de los minutos, pagó el esfuerzo físico.
El ritmo de los primeros 30 minutos intuyó un encuentro abierto y complicado a la vez. El Rayo Sanluqueño se mostraba bien plantado, pero sin demasiada presencia ofensiva que inquietara al cancerbero portuense Ito.
Eso sí, las precauciones a cometer algún error, empezó a encorsetar el duelo. Con el cero a cero, el partido se dibujaba indeciso e incierto, aunque vislumbrándose inofensivo en las dos puertas.
La segunda mitad fue otro capítulo aparte. El Recre se fue a por el partido. El empate no valía. Un punto era poco. Muy poco. Los resultados obligaban a buscar un triunfo en el que se empezó a decantar cuando le dio una marcha más.
Las llegadas se empezaron a acumular. Rober e Isaías se aprovechaban una y otra vez de los centros de Nono. Alex Torres, muy entonado y activo, se encargó de centralizar el juego ofensivo. El gol pudo llegar en cualquiera de las ocasiones.
La jugada del partido llegó con la doble amarilla del capitán visitante Víctor. Tan clara como decisiva. No le pudo venir mejor. Al saque de falta casi en la frontal del área, encontró la providencial cabeza de Carlos Neva. En estado de gracia, y nuevamente observado por el ojeador madridista Sebastián Herrera, desniveló un choque que empezaba a teñirse de rojiblanco.
Al Rayo Sanluqueño le afectó el gol y la expulsión. Los recreativistas empezaron a entonarse y a buscar con insistencia el marco del visitante Adri. Renqueante y perdiendo tiempo con el 0-0, aguantó el tipo hasta el final.
El 1-0 y con superioridad numérica, hizo pensar en una victoria cerrada. La segunda amarilla de Boragno niveló a los dos equipos. El equipo mostró personalidad y no dejó que este contratiempo le afectara. Había que disfrutar del segundo. Éste llegó con la firma de Rubén, que había entrado en sustitución de Rober. El portuense se marcó un golazo. Excelente jugada personal y tras recoger en tres cuartos, se dio media vuelta y en velocidad marcó el segundo. Todo a falta de cuatro minutos para el final.
Fue la sentencia. No hubo tiempo para más. Bueno sí, para saborear la segunda plaza que queda a tres puntos del Pueblo Nuevo, que cayó sorpresivamente ante el Jédula. Precisamente, próximo rival liguero.