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El Puerto

Los portuenses podrán decidir la arboleda que se establecerá en Micaela Aramburu

Durante dos semanas a través de la web municipal

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  • OPCIÓN GYNKGO BILOVAS -

Este lunes 3 de marzo, desde las 12.00 horas, y durante dos semanas todos los portuenses podrán votar a través de la página web municipal www.elpuertodesantamaria.es los proyectos de restauración de arboleda en Micaela Aramburu.

Con esta iniciativa desde Medio Ambiente se quiere abrir un proceso participativo donde tengan cabida todos los portuenses, para entre todos elegir la mejor opción para decorar esta céntrica avenida, cuya vegetación sufrió la plaga del picudo rojo.

Así, y tras haber barajado distintas posibilidades para la zona, los expertos han concluido que las dos mejores opciones de arbolado para esta zona portuense son el Ginkgo Biloba, también conocido como el árbol sagrado o de los 40 escudos, ó cipreses con júpiters.

Estas dos opciones son las que se han considerado más idóneas para esta avenida de Micaela Aramburu, que es una de las principales calles del centro de la ciudad, situada paralelamente a la ribera del río y una arteria viva que une la entrada de El Puerto por Pozos Dulces y Ribera del Marisco, con la calle Aurora, próxima ya a uno de los confines de la ciudad, el Océano Atlántico con la Playa de La Puntilla como frontera.

Esta avenida, antigua calle de La Caridad, era la prolongación del Paseo del Vergel, y disponía de árboles frondosos en el siglo XIX, al igual que el Parque Calderón, que cambió del uso de plátanos de sombra (frondosas caducas) a plantaciones de palmeras. Desde 1914, esta calle ha sido emblemática, no sólo por los edificios que la conforman, sino además, por estar flanqueadas a ambos lados por sendas alineaciones de palmeras. Este atractivo era mayor, si en su conjunto observábamos que junto con el Parque Calderón y la Calle Aurora estábamos hablando de un auténtico palmeral.

Probablemente, este recurso paisajístico fue fruto por un lado de la moda surgida en Francia de poner palmeras canarias en alineaciones coincidiendo a primeros del siglo XX, y por otro lado la reminiscencias de las repoblaciones de nuestra ciudad con gentes del levante español, y por consiguiente, una herencia cultural del jardín andalusí con el empleo de palmeras como cultivo.

La mayoría de palmeras eran de la especie Phoenix canariensis (palmera canaria), aunque también estaba representada la Phoenix dactyliphera (palmera datilera).

En 2.007 se detectó la primera palmera atacada en la ciudad por Rhynchophorus ferrugineus var. Olvier (Picudo rojo). A pesar de la detección precoz y las primeras medidas tomadas, la crisis económica y la virulencia  de la plaga han esquilmado la población de palmeras del género Phoenix, y aún sigue amenazando a las supervivientes y otras especies de palmeras, siendo este un problema global no sólo en nuestra ciudad, sino en toda la cuenca Mediterránea.

De 47 unidades de palmeras existentes, allí tan sólo quedan 8, las cuales siguen expuestas a la plaga.

El objetivo de este proyecto no es otro que el de devolver, en la medida de lo posible, la imagen y la vida que proporcionaba un elemento vivo de la calle como lo eran las plantas que allí existían.

La coexistencia de la plaga, aún no controlada, y las recomendaciones de organismos relacionados con sanidad vegetal, plasmados en la Decisiones de la 2010/467/UE o en el DECRETO 77/2010, de 23 de marzo de la Junta de Andalucía, desaconseja una  nueva plantación de palmeras.

Por ello, y a sabiendas de lo difícil que es sustituir ese tesoro, anuncia la edil popular, se proponen varias alternativas teniendo en cuenta una serie de factores limitantes, fruto del análisis del medio: situado entre la Plaza de Las Galeras y la Plaza del Polvorista, con edificios muy importantes por su patrimonio e historia, como el antiguo Hospital de San Juan de Dios y su capilla y varias casas-palacios que se disponen a lo largo de la calle; que son importantes porque caracterizan a la fisionomía del casco histórico, además de ser testigos mudos de la historia de esta ciudad, relacionada con el descubrimiento de América y posterior comercio de Indias.

Reseñar, por tanto, que todos estos factores también han sido tenidos en cuenta, destaca la edil de Medio Ambiente, a la hora de realizar el estudio para elegir cuál es la planta o árbol más idóneo para esta calle.

Obviamente también se han valorado las condiciones edafoclimáticas de El Puerto a la hora de la elección de especies que sustituyan a las extintas palmeras. La especie  elegida debe estar aclimatada a los umbrales que se manejan en un clima templado Mediterráneo ó en un clima subtropical semicálido, según la clasificación agroclimática de Papadakis.

Al tratarse de árboles en alineación, insiste la edil popular, se debe también tener en cuenta que tanto copas como raíces no interactúen agresivamente con las estructuras de edificios y servicios de la ciudad, así como que permita la normal circulación del tráfico y el paso de transeúntes a pie sin problemas. Y, por último, valorar, en la medida de lo posible, que la especie elegida ha de ser resistente a enfermedades y plagas conocidas a día de hoy. De manera que el mantenimiento sea fácil y poco costoso, además de favorecer el respeto por el medio ambiente, limitando las aplicaciones de productos fitosanitarios.

No podemos olvidar tampoco que la disposición de la calle es de noreste a suroeste y esto hace que los edificios protejan en gran medida de la incidencia directa de los vientos predominantes de la zona, levante y poniente, pero también limitan en cuanto a luz, disponiendo de menos horas de sol que si la calle estuviese orientada al sur, en cualquier caso dispone de buena iluminación.

Tratándose del centro histórico de la ciudad,  la teniente de alcalde insiste en señalar que ha habido que buscar árboles “nobles”, de buena madera, con porte y colorido vistosos. En definitiva, elementos vivos de la ciudad que den impronta y dignidad a la calle, además de los beneficios propios que genera cualquier árbol en una urbe.

De las propuestas que podían encajar, teniendo en cuenta todas los condiciones y características del medio y del clima, van desde el Pino de Nueva Caledonia al aligustre disciplinado, Eugenia o árbol de Júpiter, por citar algunas especies que se han valorado. Desde Medio Ambiente se han elegido las dos que se consideran más lucidas, para que ahora sean los portuenses los que decidan qué proyecto es mejor. Lo podrán hacer votando a través de la web, de un modo sencillo, simplemente marcando una de las dos opciones planteadas.

Tanto si la restauración se hace con Gynkgo Bilovas como con cipreses con jupíters, la edil señala que son árboles aclimatados a la zona, bien formados y con buena presentación, de fácil arraigo y mantenimiento, de porte de crecimiento limitado o bien piramidal (que va a columnar armónicamente con la arquitectura de la calle y de los edificios), sin que causen daños a vecinos ni servicios.

En ambos proyectos se ha decidido reducir el número de alcorques a la mitad y aumentar la distancia entre los mismos, para favorecer el espacio vital de cada árbol y mantener así  la luminosidad de la calle.

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