Sabe el Sr. Clavero de sobra, porque hace ya muchos años que nos conocemos, que no es un problema de falta de aprecio personal, que se lo tengo sea o no correspondido, ni de falta de consideración a su trabajo, que considero arduo aunque no siempre bien enfocado y aunque suelan sentirse en posesión de la verdad más absoluta.
Lo que no le admito al Sr. Clavero es que cuestione, ponga en duda o eche por tierra la labor llevada a cabo en Urbanismo por este equipo de Gobierno. En primer lugar porque el Sr. Clavero conoce bien que las 4.500 viviendas ilegales estaban construidas cuando llegamos a gobernar, con la connivencia de anteriores equipos de gobierno que tenían todo menos celo en el cumplimiento de la legalidad urbanística.
En segundo lugar porque el Sr. Clavero saber perfectamente la tremenda presión que viví en primera persona como concejal de Urbanismo para y por parar en seco las concesiones de luz y agua que se daban en Urbanismo y mantener el control de la legalidad con una población inmersa y perjudicada por la crisis económica.
Por supuesto que intenté, buscando cualquier recoveco legal – y esto último debería subrayarlo – para aliviar esa carga, mientras se elaboraba un nuevo Plan General que cumpliendo la legislación fuera aprobable por la Junta, como así fue, y abriera la posibilidad a la legalización de las viviendas.
Desgraciadamente, como siempre expliqué a los afectados, la ley es urbanística y eso no recoge aspectos sociales, y por tanto no hubo manera de frenar nada.
En tercer lugar, el Sr. Clavero sabe que tenía la curiosa costumbre de presentar sus denuncias más a través de los medios de comunicación que de los documentos efectivos por registro, documentos que – por cierto – no llegaban a los dirigentes políticos aunque se dirigieran a ellos, sino a los funcionarios que dentro del ámbito técnico actuaban conforme a la normativa.
Y conoce el Sr. Clavero y si no tengo emails que lo avalan, que de las denuncias presentadas a través de la prensa también daba cuenta a los técnicos para que se actuara si ello era preciso.
En cuarto lugar, el Sr. Clavero conoce que a mi llegada a Urbanismo disciplina era solo una sección más dentro del servicio de licencias, y que separé estas funciones para darle el peso necesario a la parte disciplinaria y que al frente de la misma hubiera un abogado que – a mi entender – era mejor perfil para exigir el cumplimiento de la legalidad vigente.
Por lo tanto, Sr. Clavero yo “sihahecho”, he cumplido y hecho cumplir la legalidad. Si sus denuncias no corrieron como la pólvora no es culpa mía, ni del anterior y por entonces Alcalde, y no creo que sea delito no haber priorizado sus denuncias sobre los cientos de expedientes disciplinarios abiertos y tramitados mientras estuve al frente de Urbanismo.
Se que a usted las elecciones municipales lo activan y le encantan, porque da rienda suelta a su lado más político y menos ecologista, ¿convirtiéndose así en “ecologistito”? ¿No, verdad? Pues yo si me considero “imputadita” porque eran unas diligencias previas sobre unos expedientes que sí existían, no se dejó de actuar, y en los que constaba mi firma, de ahí que me llamasen a declarar y aclarar hasta dónde llegó mi participación.