Después de unos años plagados de escándalos, parecía que la vida de Britney Spears había vuelto a la normalidad; y su noviazgo con Jason Trawick no presentaba mayores problemas. Sin embargo, los últimos rumores apuntan a que éste habría dejado la relación debido al extraño comportamiento de la cantante y no debido a una infidelidad de su manager, como se especuló hace unas semanas.
Según informa la revista Now, fuentes cercanas a la pareja aseguran que "Britney está atravesando etapas maníacas en las que su comportamiento está fuera de control". Fruto de esta conducta, la cantante ha llegado a "subirse encima de la mesa y ponerse a bailar o contar los detalles íntimos de la pareja a cualquiera que acabe de conocer".
Jason, aparte de lidiar con estas situaciones, se ve obligado a ser más cauteloso a la hora de hablar con sus amigas, pues los celos de Britney se disparan a la mínima sospecha. "No puede soportar que Jason hable con otras chicas o las mire. Incluso le vigila el correo electrónico y quién le llama al móvil".
El asunto ha llegado a tal punto que la cantante a veces necesita incluso ayuda para conciliar el sueño: "Es muy paranoica y no puede dormir, así que a veces le pide a alguien que venga a su casa por la noche y se quede con ella hasta que se duerme".
Los más cercanos a la cantante de Toxic temen que nadie ponga freno a esta mala racha y finalmente desemboque en una situación similar a la de hace algunos años, con una Britney incapaz de hacerse cargo de su vida ni de la de sus hijos.