La iniciativa, convocada por la Federación Nacional de la Prensa de Italia (FNSI), tuvo un elevado nivel de seguimiento tanto en periódicos, radios, canales de televisión y agencias de noticias, lo que propició que el país viviera una auténtica jornada de “apagón mediático”.
Los periodistas de Italia decidieron convocar la llamada “jornada de silencio” para demostrar su rechazo al proyecto de ley de las interceptaciones, aprobado por el Senado el pasado 10 de junio y que el 29 de julio pasará al pleno de la Cámara de los Diputados para su debate definitivo.
La norma, que prevé condenas de hasta 30 días de cárcel o sanciones de hasta 10.000 euros para los periodistas que publiquen las escuchas durante las investigaciones, es, sin duda, el mayor foco de polémicas que afronta en estos momentos Berlusconi.
En los quioscos del país sólo pudieron encontrarse este viernes un número muy reducido de periódicos, entre los que se encuentra Il Giornale, el rotativo de la familia Berlusconi, pero no así los diarios deportivos, que también decidieron secundar el parón