Los comicios generales del pasado domingo también dejaron un dato que pone de manifiesto que los electores votaron en muchos casos de manera distinta en el Congreso y el Senado, ya que el número de votos nulos en las papeletas de la Cámara Alta fue más del doble que las que hubo para el Congreso.
En concreto, se constataron un total de 559.603 (2,29%) de votos nulos en el Senado, mientras que el Congreso registró un total de 261.078 (1,25%) de papeletas no válidas.
Pese a que las elecciones generales sirven para elegir conjuntamente a los representantes del Congreso y el Senado, las papeletas son distintas para ambas cámaras. Es decir, mientras que en el Congreso son listas cerradas por cada circunscripción, en el Senado son listas abiertas en las que los electores señalan como máximo a tres parlamentarios.
Se trata de una papeleta, la del Senado, en la que los electores tienen la posibilidad de elegir hasta un máximo de tres senadores --en el caso de las circunscripciones peninsulares-- que pueden ser incluso de distintas formaciones.
Para elegir a sus candidatos al Senado, los electores tienen que señalar con una cruz el nombre de sus aspirantes, algo que ha confundido a algunos votantes, tal y como señalan a Europa Press algunas personas que formaban parte de las mesas electorales el pasado domingo.
Y es que uno de los errores más comunes ha sido el de señalar los nombres pese a que ya estaban marcados por los partidos. Las formaciones, en el envío postal que realizan a los electores a casa, ya dejan marcado el nombre de los candidatos en la papeleta y muchos votantes volvieron a señalar estos aspirantes, contabilizando estas papeletas como nulas.
En el año 2010, las Cortes modificaron la papeleta para elegir los representantes en el Senado con el objetivo de facilitar el sistema de voto ante el gran número de votos en blanco y nulos debido a su dificultad.
Para ello, desde las elecciones generales de 2011 la tradicional papeleta color salmón del Senado redujo hasta un tercio su tamaño y mejoró su diseño y el orden de los candidatos.
La modificación más importante fue la del orden de situación de las formaciones políticas, que hasta ese entonces se realizaba por sorteo y en la nueva papeleta empezó a estar determinadodeterminado por el resultado en las últimas elecciones. Los candidatos de un mismo partido dejarón de estar situados por orden alfabético y corresponde ahora a cada formación determinar el orden.
Para facilitar a los ciudadanos su derecho al voto, la nueva papeleta también comenzó a incluir una explicación en la parte superior indicando el número máximo de candidatos que pueden elegir y la forma de marcar el recuadro correspondiente para que el voto no sea declarado nulo.
NO SOLUCIONÓ EL PROBLEMA
Pero lejos de arreglar el problema, durante los primeros años con estas nuevo diseño de papeleta hubo incluso más votos nulos que en anteriores procesos electorales. Y es que en el año 2011, los primeros comicios con estas nuevas papeletas, hubo un total de 904.722 (3,7%) votos nulos, mientras que en 2008 se produjeron 597.299 (2,29%) votos no válidos para el Senado.
Eso sí, estas elecciones de 2011 coincidieron con el movimiento del 15-M, donde se empezó a promover la abstención y los votos nulos en esas elecciones.
Sin embargo, el resto de los años, el voto nulo en el Senado comenzó a ir recuperando números previos a esta reforma de las papeletas, aunque seguía siendo elevado. En 2015 hubo un total de 801.743 (3,22%) de estos sufragios no válidos, mientras que en junio de 2016 fueron 606.435 (2,53%), en abril de 2019, 682.15 (2,58%) y en noviembre de 2019 hubo 561.601 (2,3%).