"La Comisión no aceptará ningún Tratado intergubernamental que entre en conflicto con la legislación de la Unión"
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha avisado este martes de que no permitirá que el nuevo Tratado intergubernamental para endurecer la disciplina fiscal que preparan los Estados miembros, excepto Reino Unido, entre en conflicto con la legislación de la UE.
"La Comisión no aceptará ningún Tratado intergubernamental que entre en conflicto con la legislación de la Unión", ha dicho Barroso en una comparecencia ante el plano de la Eurocámara para explicar los resultados del Consejo Europeo de la semana pasada.
Barroso ha dicho que utilizará la base legal que le otorgan los Tratados para convertir en legislación comunitaria la mayor parte del pacto fiscal. "La Comisión hará todo lo que pueda para que este acuerdo sea jurídicamente seguro e institucionalmente aceptable", ha dicho.
"El acuerdo no sustituirá a las instituciones y procedimientos de la Unión sino que, por el contrario, se basará en ellos. Y, a petición mía, los líderes europeos se han comprometido a integrar el pacto plenamente en la legislación de la UE lo antes posible", ha sostenido el presidente del Ejecutivo comunitario.
VETO BRITÁNICO.
"Por lo que se refiere a la sustancia, el acuerdo era ambicioso y unánime. Desafortunadamente, no logramos unanimidad sobre la forma, con un Estado miembro que no quiso sumarse", ha explicado. El de la cumbre de la semana pasada fue "un acuerdo a 27 menos y no a 17 más", ha agregado.
"Reino Unido, a cambio de dar su visto bueno, pidió un protocolo específico sobre servicios financieros que, tal y como se presentó, suponía un riesgo para la integridad del mercado interior. Esto hizo que el compromiso fuera imposible", ha sostenido Barroso.
En todo caso, el presidente de la Comisión ha asegurado que el pacto fiscal "no es suficiente" para poner freno a la crisis. "Los problemas en la eurozona no son solo fiscales, sino también financieros. Y sobre todo, problemas relacionados con la falta de competitividad", ha alertado.
"El compromiso con la disciplina fiscal es indispensable para Europa, pero la realidad es que las reformas estructurales a favor de la competitividad y las medidas que impulsen el crecimiento son la clave para restaurar no sólo la confianza de los inversores sino, sobre todo, la confianza de nuestros ciudadanos", ha concluido.