La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha afirmado este lunes que "el mitin es una especie de prédica desde el púlpito en el que se prometen toda una serie de gansadas, se dicen cuatro chistes y no es serio".
Así lo ha manifestado Carmena durante la conferencia 'El Ayuntamiento de Madrid, el cambio desde las personas' que ha tenido lugar esta tarde en ESADE, donde la primera edil ha rememorado su recelo a pronunciar mítines en la campaña electoral de hace un año, para la que prefirió mostrarse como si fuera "a una entrevista de trabajo".
En este sentido, Carmena ha recordado que se hicieron "una serie de reuniones muy frescas y bastante divertidas en los barrios" en lugar de los tradicionales mítines. "Como si yo estuviera en una empresa de trabajo y ustedes fueran a contratar a la persona que va a gestionar sus intereses", ha explicado la alcaldesa.
En su conferencia, la regidora también ha señalado que, a su juicio, "gobernar es fundamentalmente gestionar" y que no se ha asumido la "reflexión" sobre la "necesidad de la gestión". "La gestión política tiene que ir encaminada a permitir el establecimiento de una relación interpersonal", ha explicado.
En este sentido, Carmena ha argumentado que "el derecho está absolutamente estancado" y hay una "dificultad enorme para crear esas relaciones interpersonales". Para ilustrar esta idea, la alcaldesa se ha referido al derrumbamiento de dos edificios el año pasado y los obstáculos que presentó la "estructura tan rígida" del derecho a la hora de ayudarles.
De este modo, la idea del cambio social ha sido la idea central de esta conferencia, en la que la alcaldesa ha confesado sentirse "atraída al cambio". En este aspecto, ha remarcado que "en las escuelas no se forma para el cambio" y que en el sistema educativo "la imaginación no es frecuente".
Además, Carmena ha narrado una anécdota de su infancia para ejemplificar su motivación por el cambio. En concreto, se ha referido al "complejo de inferioridad" de Madrid y el río Manzanares con otras ciudades que tenían costa o ríos más caudalosos.
"Le dije a mi madre, esto se arregla, si cada uno de los madrileños traemos un cubo de agua y lo echamos al río, tendremos un río espectacular", ha recordado.