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España

El Parlament reactivará la ley electoral sin perspectivas de aprobarla

Los promotores de la ILP ya han sido notificados de que podrán volver a defender la norma

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  • Parlament. -

El Parlament ha reactivado la ponencia que debe elaborar una nueva ley electoral para Cataluña y lo ha hecho pese a que siguen siendo muy escasas las posibilidades de que los grupos políticos lleguen a un acuerdo para aprobarla en el pleno.

La Cámara tomó la decisión de reactivarla en marzo y lo hizo porque no tiene alternativa: la ley quedó pendiente en la pasada legislatura y, al ser una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), el Parlament está obligado a retomar su tramitación.

El acuerdo para reactivarla fue publicado en el Boletín Oficial del Parlament y fuentes de los promotores de la ILP consultados Europa Press han explicado que la Cámara ya les ha notificado la decisión y que están dispuestos a volver a defender la norma en sede parlamentaria.

EL CONFLICTO

Fuentes parlamentarias consultadas por Europa Press sostienen que difícilmente se llegará a un acuerdo en este mandato porque los grupos siguen teniendo el mismo desacuerdo clave: el sistema electoral, es decir, la fórmula para traducir los votos en escaños.

Por un lado, históricamente PSC, PP, C's y los comuns han defendido un recuento único --Cataluña como única circunscripción-- mientras que, por el otro, la extinta CiU y ERC se han inclinado por mantener el sistema actual de un recuento para cada circunscripción --son las cuatro provincias o las ocho veguerías--.

Este debate --entre proporcionalidad y representatividad-- es el que ha hecho encallar siempre la ponencia: mientras una parte del Parlament defiende la necesidad de asemejar el peso de un voto en Barcelona con uno de Lleida, la otra advierte del riesgo de crear una Cámara en la que las zonas menos pobladas no estén bien representadas.

En las últimas elecciones, por ejemplo, se repartieron 15 escaños en Lleida, y cada uno valió 16.137 votos; en Barcelona se repartieron 85 escaños, y cada uno valió 38.785 papeletas; la ILP persigue corregir este desajuste, entre otras cuestiones.

La ILP original busca también la creación de una Sindicatura Electoral Catalana que vele por el funcionamiento de las elecciones autonómicas y también plantea como novedad que el número de escaños del Parlament fuera variable en función de la participación.

Si la participación fuera menor del 60 por ciento la Cámara tendría 120 diputados; si fuera del 60 al 75 aumentaría progresivamente y si superara el 75 llegaría a los 150 diputados, como incentivo para que los partidos fomenten la participación de la ciudadanía.

Los defensores de la ILP sostienen que la "proporcionalidad actual no es la adecuada", y consideran que su propuesta de sistema electoral lo mejora, y recuerdan que un acuerdo depende solo de los partidos catalanes, por lo que no se puede echar la culpa al Estado de si la norma fracasa.

EL PRINCIPAL ESCOLLO

El principal escollo para conseguir un pacto es que, para garantizar su pluralidad, esta ley no se puede aprobar con una mayoría absoluta convencional de 68 diputados, sino que se necesita una mayoría cualificada de 90.

Hasta ahora, legislatura tras legislatura ha sido imposible conseguir una mayoría que se acerque a los 90, y en este mandato el reto aún es más complicado porque las elecciones del 21 de diciembre arrojaron uno de los hemiciclos catalanes más fragmentados desde la restauración de la democracia.

¿MAYORÍA SOBERANISTA?

La ley electoral ha cobrado protagonismo con la irrupción del proceso soberanista: los partidos independentistas llevan dos legislaturas con mayoría absoluta en el Parlament, aunque en las urnas no superan el 50 por ciento de los votos.

Esto genera el debate de que el independentismo se reivindica como mayoritario por tener los escaños suficientes para aprobar las leyes que considere oportunas, mientras que el constitucionalismo lo rechaza porque, pese la mayoría en escaños, no la tienen en votos.

Los promotores de la ILP recuerdan que la ley deberá debatirse tarde o temprano en el pleno del Parlament porque las iniciativas legislativas populares no decaen cuando se disuelve la Cámara: "Puede que nos muramos todos los promotores, pero la ley seguirá viva" mientras no se debata, ironizan.

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