La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, prepara este martes la solicitud para que la Unión Europea (UE) le conceda una prórroga del "brexit", al no prosperar su objetivo de someter por tercera vez a votación el acuerdo de retirada.
Cuando faltan apenas diez días para la hora señalada del "divorcio" de la UE, el proceso del "brexit" ha entrado en una encrucijada, ante el tira y afloja entre el Ejecutivo y el Legislativo sobre los próximos pasos de la salida británica.
La jefa del Gobierno hizo saber hoy que redacta la carta que enviará al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para pedir formalmente una prórroga de la desconexión hasta el próximo 30 de junio, con la opción de un retraso más prolongado.
La líder conservadora tenía intención de someter a votación esta semana, antes de la cumbre europea de este jueves, el acuerdo del "brexit" que negoció con el bloque europeo, a pesar de que el documento fue tumbado por abrumadora mayoría en dos ocasiones.
Sin embargo, el plan de May quedó desbaratado después de que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, recordase el lunes al Gobierno que no podía presentar la moción sobre el acuerdo otra vez si no había cambios significativos en el texto.
Bercow, la máxima autoridad en los Comunes, citó al "Erskine May", un texto autorizado de legislación parlamentaria y procedimiento, para argumentar que una moción derrotada no puede ser sometida a otra votación durante el actual curso parlamentario.
Al término de la reunión de los martes del gabinete, un portavoz de May dijo que los ministros evaluaron en profundidad la medida de Bercow y que la jefa del Gobierno manifestó su "absoluta determinación" a conseguir un "brexit" con acuerdo.
"La primera ministra -añadió- ha sido muy clara a lo largo (de este proceso) de que quiere que (el acuerdo) pueda concretarse lo antes posible", añadió la fuente oficial.
Una extensión de la validez del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un periodo de negociación de dos años para la salida de un país comunitario, puede obligar al Reino Unido a participar en las elecciones europeas de mayo, algo que no es visto con buenos ojos por los diputados más favorables al "brexit".
"Ella ha dicho en la Cámara de los Comunes que no quiere que haya un retraso muy largo y que cree que preguntar al pueblo británico que tome parte en unos comicios europeos, tres años después de haber votado por salir de la UE, representaría un fracaso por parte de los políticos", explicó el portavoz al término de la reunión.
Según la fuente, los ministros tuvieron una "profunda discusión que cubrió tanto las implicaciones de los comentarios del presidente (de los Comunes) de ayer y la próxima cumbre del Consejo Europeo".
El profesor de Políticas Tim Bale, de la Universidad Queen Mary de Londres, señaló a Efe que si el Ejecutivo británico sigue perdiendo el control de la legislatura, sería una "situación nueva dado que, en el Reino Unido, el primero normalmente encuentra la manera de enfrentar" sus decisiones a las del Parlamento.
El ministro británico del Brexit, Stephen Barclay, sugirió hoy en declaraciones a los medios que una tercera votación del tratado puede convocarse la próxima semana, una vez autorizada la prórroga, pero sin aclarar de qué manera se hará, dado que el presidente de la cámara baja ya ha reclamado cambios en el documento.
Barclay resaltó que es importante "respetar al árbitro (Bercow)" y obedecer sus decisiones, aunque subrayó que él mismo había dicho en alguna ocasión que, si el Parlamento de Westminster se guiase únicamente por precedentes, entonces "nada nunca cambiaría".
El Gobierno había intensificado estos días sus contactos con los diez diputados del pro-británico Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, sus socios en el Ejecutivo de minoría, en un intento por conseguir su respaldo al acuerdo.
En las dos votaciones del pacto -enero y marzo-, el DUP lo rechazó por sus reservas acerca de la salvaguarda irlandesa, pensada para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas.