Las elecciones catalanas han encumbrado a Vox, que ha logrado el ansiado adelanto al PP y también a Ciudadanos en Cataluña, una victoria que augura nuevos choques entre estos actores, y que complica el intento del líder del PP, Pablo Casado, por hacerse con el liderazgo de este espacio.
Con Ciudadanos en caída libre, la candidatura de Ignacio Garriga (Vox) ha sido la depositaria del descontento en la derecha y ha logrado once escaños; el triple que los tres del PP.
Adelantados por la derecha, los 'populares' no sólo no han logrado ser el comodín para los votantes naranjas, sino que han cosechado su peor resultado en Cataluña tras hacer una apuesta por la moderación.
El PP ha admitido que el resultado es "muy malo", pues dos semanas antes de las elecciones esperaban diez escaños y se lo han achacado al "juego sucio" por las acusaciones de su extesorero, Luis Bárcenas, y su supuesto pacto con la Fiscalía.
Si el PP había reiterado en campaña que las catalanas eran la antesala de una victoria contra Pedro Sánchez, tras el golpe sufrido, su secretario general, Teodoro García Egea, dice ahora que sus resultados en Cataluña nunca son extrapolables a nivel nacional.
Vox, por contra, ha logrado su objetivo y, además de haberse convertido en la cuarta fuerza en el Parlament, la segunda del bloque no independentista, se coloca líder en la derecha, tras una campaña dura contra el independentismo, al que tildan de "mafia separatista".
Su candidato a la Generalitat, Ignacio Garriga, se ha autoproclamado ya como "líder de la oposición" al independentismo y a la izquierda.
UNA CAMPAÑA COMPLICADA PARA EL PP
El mal resultado del PP llega tras dos semanas muy complicadas para Pablo Casado, por las acusaciones de corrupción que han obligado a dar explicaciones ocho de los quince días de la campaña, como ha recordado Egea, pero también por las críticas a la forma en la que el expresidente Mariano Rajoy respondió al 1 de octubre.
"Ni estaba de acuerdo con quienes decían que se estaba votando en unas elecciones homologables ni con quienes decían que no se estaba votando", aseguró el presidente del PP acerca de la consulta independentista.
Casado achacó a sus antecesores la mala posición en Cataluña, de la que ahora no puede desvincularse, pues se ha volcado en la campaña, a la que ha acudido uno de cada dos días. Todo el músculo del PP no ha servido para reflotar al partido.
En Cataluña, el PPC ha hecho una estrategia contraria a la de Vox, apelando a la concordia y su candidato, Alejandro Fernández, ha reivindicado esta vía pese al mal resultado.
EL PP MANTENDRÁ EL GIRO AL CENTRO
El PP ha sometido por primera vez a examen su ruptura con Vox y su giro al centro y pese al mal resultado, no cambiarán el rumbo según ha recalcado su secretario general.
Consideran que su apuesta por la moderación es la única salida posible a un debate polarizado y han restado importancia al resultado, tanto al suyo, como al de Vox, pues no consideran noticia la irrupción de la derecha populista en un parlamento.
Pese a no existir precedentes de un adelanto por su derecha, aseguran que no se miden con otros partidos y que su único adversario es Pedro Sánchez.
Ni una palabra sobre Ciudadanos y sobre su incapacidad para llegar a los votantes decepcionados con este partido.
VOX SIGUE AL ALZA
Como cada vez que se han abierto las urnas desde diciembre de 2018, cuando logró por primera vez representación en un parlamento, el andaluz, Vox ha vuelto a engrosar sus fuerzas.
Santiago Abascal ha logrado adelantar a su anterior partido y no lo ha hecho por la mínima, sino con un resultado que es casi cuatro veces el de los 'populares' en escaños, el doble en votos.
Aunque el presidente de Vox no logró erigirse como líder de la oposición en la fallida moción de censura, su estrategia de colocarse como la única oposición a Sánchez gana ahora en argumentos, al igual que sus mensajes en contra del PP.
El vuelco de la derecha catalana augura nuevos choques entre PP y Vox en el Congreso y complica el intento de Casado de absorber a Ciudadanos y minimizar el papel de Abascal.