El rey Felipe VI ha destacado este viernes la "gran capacidad de adaptación y superación" demostrada por los empresarios ante la pandemia, que exigió respuestas para las que "no había un manual, una guía, que marcara los pasos a seguir".
En su discurso en el almuerzo por los 40 años de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), en el que ha estado acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha resaltado además el valor de la democracia para impulsar el desarrollo de los países.
Porque, aparte de establecer un marco de convivencia, sirve para "canalizar las discrepancias y propiciar los acuerdos" y para "activar la creatividad humana" en todos los órdenes. Incluyendo el empresarial "en un espacio estable de libertad y de responsabilidad, de derechos y deberes", ha apostillado.
El rey ha situado esta "fructífera experiencia" de cuatro décadas como el "verdadero ejemplo" de lo que vale la democracia, algo de lo que cree que la Galicia actual es "buena prueba".
Un período en el que tanto España, como Galicia y los empresarios gallegos "han sufrido situaciones difíciles que obligaron a adoptar decisiones igualmente complejas", ha destacado.
Actualmente, tanto la economía como el tejido empresarial están "en fase de recuperación", ha constatado el monarca, después de una pandemia sin precedentes que exigió lo mejor de las personas "como miembros de una misma comunidad".
"La Galicia de hoy, como ocurre en el resto de España, es consecuencia de un logro colectivo en el que los emprendedores han tenido un papel fundamental", ha asegurado.
Felipe VI ha relacionado este avance con la "democracia" y el autogobierno que también inauguró Galicia hace 40 años, con el que se abrieron en la comunidad "nuevos horizontes".
De hecho, ha recordado que las instituciones gallegas celebraron recientemente la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia y las primeras elecciones autonómicas y que "no es casual" que estos hitos coincidan en el tiempo con la fundación de la CEG porque el empresariado gallego no quiso "ser ajeno" a ese "momento inaugural".