La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a once años de prisión al hombre al que un jurado popular encontró el pasado abril culpable de acabar con la vida de su hermano en junio de 2020, asestándole una puñalada a raíz de una discusión en la vivienda que ambos compartían en La Zubia, en el área metropolitana de Granada.
Lo declaró culpable por unanimidad de homicidio, un ilícito por el que el juez le ha impuesto una pena de once años de prisión, según consta en el fallo de la sentencia, consultado por Europa Press.
Las discusiones entre el acusado y su hermano eran "frecuentes", sin embargo el 23 de junio de 2020 el desenlace acabó en tragedia. Sobre las 21,00 horas, ambos iniciaron una nueva discusión en el domicilio y en el transcurso de la misma el ahora culpable apuñaló a su familiar con un cuchillo de 34 centímetros que le penetró la cavidad torácica, seccionando la cuarta costilla, parte del pulmón izquierdo y perforando el corazón, lo que le causó la muerte.
El fallecido dejó dos hijos, los cuales reclaman la indemnización que les corresponda en derecho por lo ocurrido, según agregaba el Ministerio Público en su escrito de acusación inicial.
En sus conclusiones definitivas, la Fiscalía rebajaba a once años su petición de cárcel por un delito de homicidio, por el que inicialmente solicitaba 14 años. Consideraba para ello las circunstancias atenuantes de estar bajo los efectos del alcohol y de confesión espontánea ante la Guardia Civil, ambas reconocidas por el jurado en su veredicto.
La defensa del acusado, que inicialmente pedía la libre absolución, se adhirió a este posicionamiento de la Fiscalía, en el marco de un acuerdo con la misma. La acusación particular consideró en sus conclusiones definitivas los hechos como un supuesto asesinato al observar alevosía, circunstancia esta última que descartó el jurado.
En su declaración ante el tribunal de la Sección Primera, el acusado reconoció que mató a su hermano y explicó que lo hizo porque se asustó cuando su víctima "echó mano" de un bastón-estoque, y que ambos estaban en un mal momento, bebiendo mucho, sin trabajo, y viviendo en la citada casa como "ocupas".
El procesado señaló que el cuchillo que usó estaba en la habitación de su hermano, que le habría gritado antes de empezar la discusión, habiéndole él pegado la puñalada en el pasillo de la parte superior de la vivienda, según su versión, en la que mantuvo que su víctima estaba de pie cuando fue atacado. "Cuando dos personas se hablan de cara a cara se ve", especificó al final de la sesión, en respuesta a una de las preguntas que le formularon los jurados.
Tras pegarle la puñalada que reconoció, el procesado señaló que no recordaba nada, y que había bebido mucho, y "estaba" que se "caía" tras los hechos, por lo que debió de recibir asistencia.
También afirmó que no recordaba cómo empezó la discusión y que se arrepentía "muchísimo" del desenlace. "Me he quedado solo" en tanto solamente "nos teníamos el uno al otro", mantuvo tras explicar al fiscal que vivían en las condiciones descritas desde 2017, que él estaba "parado", y su hermano cobraba una pensión de unos 500 euros por una discapacidad que no le impedía caminar, y que se solía gastar en "bares" los días siguientes al cobro. Además, consumían sustancias estupefacientes.