Un hombre ha solicitado ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Loja (Granada) medidas de protección para 115 animales de su finca tras la okupación de su vivienda en esta localidad para evitar "el sufrimiento y fallecimiento de los animales".
Dentro de la finca permanecen 50 pollos, 37 vacas, 25 cerdos y tres perros a los que su propietario no puede acceder porque se lo impiden los denunciados y por tanto no puede facilitarles ni agua ni comida, según el escrito presentado ante el juzgado, al que ha tenido acceso EFE.
"Los animales no pueden ser atendidos en sus necesidades más básicas" ha asegurado a EFE el letrado que lleva la representación judicial del afectado, Oscar Chicharro Arcas, que ha lamentado que pese a la urgencia y maltrato que sufren los animales se le ha negado verbalmente por parte del juez la adopción de cualquier medida tendente a garantizar su bienestar.
El propietario de los animales, que lleva viviendo más de dos años en dicho lugar, ha pedido a través de su representante legal que la autoridad judicial tome medidas "de manera urgente" dada la "urgencia y la gravedad".
En el escrito se pide que se libre oficio a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para que autorice, acompañe y facilite el acceso a la propiedad para proporcionar los cuidados necesarios o se disponga lo necesario para que éstos sean trasladados a un lugar adecuado para su supervivencia.
El propietario de los animales ha intentado en reiteradas ocasiones darles de comer pero las personas que han realizado la ocupación ilegal y el allanamiento de la vivienda no solo no le permiten entrar sino que además le han amenazado si vuelve a ir por la zona.
El letrado reitera que es necesario que se actúe de manera inmediata porque en caso contrario "se está condenado a dichos animales a un maltrato grave y a que puedan fallecer como consecuencia de no ser alimentados".
Los hechos se remontan al 1 de octubre cuando sobre las 12.20 horas se recibió una llamada por aviso de una alarma en el Cortijo La Hoya y personada una patrulla de la Guardia Civil, los agentes observaron dentro de la finca a tres hombres que se negaban a salir.
En el exterior de la finca estaba el hombre que vive allí desde hace dos años así como uno de los dueños de la finca, por lo que los agentes le recomendaron denunciar los hechos.