El contingente que Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) ha desplazado a Turquía para participar en las labores de rescate tras el terremoto sufrido la semana pasada en este país han regresado este lunes a España “con una sensación agridulce”.
Luis Felipe Sández, uno de los bomberos onubenses que han formado parte de este equipo, ha dicho a EFE que, por un lado, vuelven “con frustración y mal sabor de boca por el número tan elevado de muertos, por los bienes materiales que también van a perder porque hay muchas personas, ahora refugiadas, que van a perder sus casas justo ahora, con la climatología tan adversa que se está registrando”.
Por otro, ha añadido, regresan “muy contentos y satisfechos por el trabajo realizado por el equipo, hemos hecho un gran trabajo”, sobre todo, ha remarcado, con el rescate de una joven, que en un principio parecía menor, pero que resultó tener 24 años, tras 14 horas de trabajo.
“Estuvimos desde el miércoles que la localizamos a las 14:00 horas hasta el jueves a las 4:00 horas trabajando sin parar hasta su extracción y estamos muy contentos porque pudimos contactar con ella y sabemos que se encuentra estable y bien dentro de las lesiones que tuvo después de estar tres días y medio sepultada y va a salir adelante”, ha resaltado.
Ha explicado que la decisión de regresar la tomaron ellos “pero siempre en consonancia con el Gobierno turco porque ellos dan por finalizadas las búsquedas dependiendo de la zona y las circunstancias del lugar”.
Europa Press también ha hablado con el bombero onubense quien les ha detallado que las condiciones en Turquía “han sido duras”, por "el gran número de edificios colapsados que había, tanto en su totalidad, como parcialmente y “extremas” por la climatología, ya que han trabajado “en torno a los cinco y ocho grados bajo cero y por la noche bajaba la temperatura hasta los quince bajo cero”.
Por último, Sández ha agradecido a las autoridades turcas y a Turquía Airlines por la facilidad que les han dado en el tema de desplazamientos y “por lo bien organizado” que lo han tenido todo.
Una vez que han regresado los equipos internacionales, continúan trabajando en el lugar los operativos turcos ya que el número de rescate que se están dando son mínimos y los pueden asumir ellos con sus propios medios.
Sández ha recordado que la última catástrofe importante en la que estuvieron antes de esta fue en octubre de 2018 en Indonesia y ha dicho que cada una es diferente porque "depende mucho de las construcciones, de la profundidad de la onda sísmica".
"En Indonesia fue un terremoto al que se sumó un tsunami que entró en una península, en este ha sido un sismo en toda regla y ha habido destrozos de estructuras desde colapsos tipo sándwich, con giros, desplazamientos laterales, hacia delante y hacia atrás; ha sido un gran sismo y ha destruido las localidades que ha cogido bien en más de un 70 por ciento", ha precisado.
Esta noche todo el equipo, compuesto por 13 personas entre bomberos y sanitarios y cuatro perros de rescate, podrá descansar en sus casas después de días de arduo trabajo, algo que "ya es necesario", ha concluido el bombero.