La proclamación pública del acto de fe llegó un día más tarde de lo esperado, eso sí, en la Plaza de las Monjas como escenario, y sin los misterios de las hermandades participantes alrededor.
Entre el caos organizativo del pasado sábado, el Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva decidió posponer a la mañana de este domingo la protestación de fe en la que se mantuvo el guión inicial previsto. Con un sol resplandeciente en el cielo, se dieron cita en el epicentro de Huelva alrededor de medio millar de personas, entre los que se encontraban el obispo de Huelva, José Vilaplana; el alcalde, Pedro Rodríguez; el Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, con Antonio González, presidente del mismo, a la cabeza; los hermanos mayores de cada una de las Hermandades de la capital, así como representantes de Juntas de Gobierno; al igual que capataces y demás autoridades. También estuvieron presentes, representantes cofrades de Sevilla, Córdoba y Málaga.
Sin la aglomeración de personas que marcó la jornada gris del 19 de octubre, el acto de fe comenzó puntual a las 13:00 horas prolongándose casi una hora y media. Con un saludo de José Vilaplana, protagonista del evento situándose en el centro del altar, discurrió el rezo y meditación de cada uno de los seis misterios previstos para la ocasión, siguiendo el orden de: Contemplación, Evangelio, Oración, Intención, Canto, y Rezo del Rosario. La Agrupación Coral ‘Sagrada Cena’ fue la encargada de amenizar el acto interpretando en cada misterio un canto diferente de su longeva carrera musical. Por último antes de la Bendición Solemne, y por tanto de la finalización del acto de fe, el Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva aprovechó la oportunidad para pedir disculpas a todo aquel que no estuviera de acuerdo con las decisiones tomadas durante la jornada del sábado, al igual que agradeció a todas aquellas personas, con mención especial a Luís Alburquerque, principal organizador del evento, que habían hecho posible la ya concluida procesión y acto de fe magna.
El sábado, un caos magno
Las predicciones meteorológicas marcaron una jornada gris en la fecha elegida para la procesión magna con motivo del Año de la Fe. Desde primera hora de la mañana el cielo, empapado de nubes, pospuso hasta tres horas la salida de la Hermandad del Perdón, que se demoró hasta las 15:00 horas. Con un chispeo permanente, el misterio de la Cofradía del Lunes Santo puso incomprensiblemente su titular en la calle, entre aplausos inentendibles de los vecinos del barrio de La Orden. De igual forma, en el Polvorín, la Hermandad de la Victoria abrió las puertas de su templo, y una vez bajada la rampa situada bajo el pórtico, colocaron el capote impermeable a Nuestro Padre Jesús de la Humildad, mientras un aguacero caía sobre el misterio. No existió en ningún momento un ‘plan B’ establecido, y mientras llovía por las calles de Huelva, algunas cofradías continuaban su recorrido hasta el centro, y otras, como el caso del Prendimiento, se daban la vuelta. El caos reinaba en una procesión magna ausente de alternativas ante los problemas meteorológicos. Parecía que llegar al centro fuere como fuere era el único objetivo sin pensar en los daños económicos que podrían sufrir cada uno de los misterios que estuvieron durante muchos minutos bajo el agua. La Hermandad de la Cena dio media vuelta a los quince minutos de salir, cuando en un golpe de martillo de Jacinto Hitos se reflejó la negativa en su rostro y no dudó en hablar con la Junta de Gobierno e inmediatamente regresar a su templo. La Hermandad del Resucitado llegó hasta la Concepción; a la Sentencia le volvió a llover una vez más; y el Cautivo dio media vuelta en un abrir y cerrar de ojos. Un caos. Una mala organización que debió ser subsanada en reuniones previas a la fecha fijada y no durante la jornada del sábado.