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Huelva

Las mujeres se ponen al volante

Siete mujeres han dado el salto en la capital onubense a un sector tradicionalmente masculino, el del taxi, y advierten que han llegado para quedarse

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  • Las taxistas de Huelva -

Alborotadoras, risueñas, con mucho desparpajo, muchas ganas de hablar y orgullosas, aunque quizás no del todo conscientes, de que han allanado el camino de muchas otras mujeres al ser las primeras en dar el salto a un sector tradicionalmente masculino, el del taxi.

De los más de 270 taxistas que hay en la capital onubense, siete son mujeres, un número aún insignificante, pero teniendo en cuenta que hace ocho años no había ninguna, y que cinco se han incorporado al sector en el último año, la cifra es más que significativa.

Viva Huelva ha charlado con seis de estas siete pioneras, un gran ejemplo para conmemorar el Día de la Mujer, que acaba de celebrarse, para poner el acento en lo mucho que se ha logrado pero en lo que aún queda por hacer, como por ejemplo, la conciliación laboral y familiar.


Aunque la primera mujer en ponerse al volante de un taxi en Huelva lo hizo hace más de 15 años, la experiencia apenas duró un mes. Eran otros tiempos. Pero las cosas han cambiado. Fue Amelia Manzano, la veterana del grupo (55 años) la que tomó el testigo de esa primera mujer y decidió hace siete años compartir el taxi con su marido. Ahora echa la vista atrás y hace un balance más que positivo.

Después llegarían Mª Ángeles Jiménez, Noelia Macías, Tamara Rodríguez, Ana Martín y Natividad Cano, la última en llegar y la benjamina, con 23 años.

Casi todas llegaron de rebote y por vinculación familiar, la mayoría porque su padre es taxista y era una buena opción compartir el taxi con él. Quizás las circunstancias económicas de los últimos años han tenido mucho que ver con esta incursión femenina en un sector de mayoría masculina, pero si algo tienen claro, es que han llegado para quedarse, y son muchas las razones.

La primera, porque se sienten como uno más en el sector. “Nos han aceptado muy bien, nos tratan de ayudar y nos cuidan y nos miman”, explican. La segunda, porque son igual de capaces que los hombres, a pesar de que algún usuario despistado aún les pregunte: “¿Y voy a ir seguro contigo?” o “¿seguro que tienes todos los carnés?”

Pero esto no son más que anécdotas, ya que recalcan que la inmensa mayoría de los usuarios, como mucho, se ha sorprendido. “La gente de Huelva es maravillosa, se sorprenden y nos felicitan, incluso al montarse en el coche y ver que la conductora es una mujer, se suben en el asiento del copiloto”, explican, e incluso relatan que transmiten más seguridad al usuario, tanta que “algunas madres me confían a sus hijos para que los lleve al colegio”, explica Amelia.

Horario nocturno
Sin embargo, el tema de la noche es otra cuestión. No todas se atreven a realizar el turno de noche, principalmente por la inseguridad que conlleva. “Llevo tres meses y me ha pasado de todo, sobre todo por la noche, hasta me han intentado pagar con cocaína”, relata Natividad, que resta importancia al tema de la noche e insiste en que se siente muy protegida por sus compañeros.

El otro gran inconveniente al que tienen que enfrentarse este grupo de mujeres es la conciliación laboral y familiar. Aseguran que el tema de la maternidad es “para pensárselo mucho”, y las que son madres, son claras: “Es muy difícil la conciliación”, explica Noelia, que tiene dos niños pequeños y reconoce que tiene que hacer malabares para compaginarse con su marido.

En este punto, piden “más implicación” del sector y de las cooperativas, y lanzan varias ideas, como crear una guardería para los hijos de los socios. Sin embargo, donde más se dirigen sus críticas es hacia los políticos y las administraciones, ya que el trabajador del taxi es autónomo, y “eso implica que tienes que trabajar muchas horas, en el taxi al menos 12, para sacar un medio sueldo”. De ahí que recalquen que “la conciliación no es sólo un problema de la mujer, es también del hombre, del trabajo del autónomo”.

Pese a esto, animan a las mujeres a sumarse al sector de taxi y aumentar la cuota femenina. “Es un trabajo bueno, de relación directa con el público, y estamos seguras de que esto va a ir en aumento”.

Con el mismo ruido con el que llegaron a la redacción, se marcharon, dispuestas a afrontar un nuevo día en el taxi. Alborotadoras, risueñas, con mucho desparpajo, muchas ganas de hablar y orgullosas, aunque quizás no del todo conscientes, de que son todo un ejemplo.

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