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Sonrisa tras el búnker galguero

Galgos recuperados por la Fundación Benjamín Mehnert protagonizan una original iniciativa en el Ateneo de Sevilla: un desfile benéfico

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  • Los desfilantes -

Son nobles y fieles, ni siquiera se revuelven contra el que les maltrata. El galgo es una de las razas de perros más apreciadas, por ejemplo, en Centroeuropa, pero en España, es habitual su maltrato. De hecho, se calcula que al año son cien mil los galgos que son abandonados tras ser apaleados, maltratados, malnutridos y hasta ahorcados. Pero tienen una capacidad de recuperación enorme. De eso sabe y mucho, la Fundación Benjamín Mehnert, que ofrecerá este viernes algo poco habitual y, desde luego, inusual por el sitio en el que se celebra: un desfile benéfico y en el Ateneo de Sevilla.

Varias son las cosas a destacar de este desfile: en primer lugar, que es a beneficio de la Fundación y sus galgos, que realizan un trabajo ciertamente apasionante; en segundo lugar, que quienes desfilan son los propios canes y cada uno con su historia, algunas no aptas para corazones y mentes sensibles; y, en tercer lugar, que estos elegantes animales se pueden adoptar. Puede usted poner su granito de arena como quiera, aunque lo importante es concienciar ante una realidad trágica y despiadada de la que se habla sólo cuando nos impacta algún suceso por maltrato.

En España es habitual, y mucho en nuestro sur, que se “coleccionen” galgos. Es decir, uno (escoja usted el adjetivo) que se dedica a acumular perros, sin cuidado alguno, para “trapichear” con ellos, comprando y vendiendo a los animales dependiendo de si “sirven” para ir tras la liebre, para los concursos o simplemente para parir una y otra vez, a ver si sale una buena camada. Sin  suficiente agua, ni alimentación o limpieza, apiñados en sucias perreras, cuadras o patios, escondidos en cuartuchos sin ver la luz, en “búnker galgueros”. Ni tienen documentación ni tienen chips, porque ese privilegio sólo lo obtienen los galgos “que valen” y si ese paso ya se ha dado pero el animal “no sirve”, simplemente le hacen el corte en el cuello para extraerles el chip. Sin sensibilidad, sin conciencia, sin anestesia moral.

La fundación y la recuperación

No es mi relato. Es la realidad que desde el 2008 se encuentra la Fundación Benjamín Mehnert y que nos relata Isabel Parias, que se lamenta enormemente de la falta de sensibilidad y la poca respuesta punitiva de la sociedad. “Aquí tener un perro o abandonarlo es gratis, pero parte del problema se solucionaría con más control, con más chips y multando a los que maltratan”, asegura tras relatar cómo ellos mismos han decidido no sólo rescatar a los animales, sino recuperarlos íntegramente, primero en sus quirófanos, después con tratamiento veterinario y luego buscándoles la familia más adecuada. En la actualidad tienen 740 perros en sus instalaciones y el 90% son galgos. La Fundación tiene convenio con numerosas asociaciones a las que entregan los galgos recuperados, muchos de los cuales van a familias de Bélgica, Alemania, Francia o Luxemburgo, a quien de verdad les va a dar el cariño: hasta recomiendan pasar una noche en sus instalaciones en Alcalá, en su pequeño albergue, para estar seguro de que ese animal será un miembro más de la familia.

El daño se cura. Y los galgos se curan rápidamente. La muestra la pueden ver en el desfile: Musafa y Aika pertenecen a un grupo de 30 perros que fueron rescatados de una casa donde vivía una persona con síndrome de Noe sin cuidado alguno; Ninfa fue hallada con el cuello rajado por quien le quitó el chip (el 99% de los galgos que llegan a la Fundación no los tiene); Tano vivía atado en un naranjo y comía de los restos que le daban los vecinos de un barrio marginal de Sevilla hasta su rescate; Bronco, Copito y Mandi vagaban abandonados cuando los rescataron; a Valentina la sacaron de un río en Lucena con las piernas rotas y a Fiesta le falta un ojo tras ser apaleada; Rodof es un mestizo que no tuvo la suerte de ser adoptado como el resto de sus hermanos de una camada abandonada pero que ahora visita centros geriátricos para ayudar a personas con alzheimer; y Zafir es un galgo inglés abandonado con perdigonazos en una calle junto a otra galga que no sobrevivió, pero que duerme patas arriba como si fuera un caniche.

Al desfile, que será este viernes a las ocho, no le faltará de nada. Lo presentará la periodista Paola García Costas, se expondrá un breve documental sobre la labor de la Fundación, y con la guitarra de Samuel Funda irán desfilando los galgos y los dos mestizos contando cada una de sus historias. Además, el diseñador Tony Benítez y la modelo y empresaria Raquel Revuelta han confirmado su asistencia.

En fin, que si son sensibles, tienen varias fórmulas para colaborar. Aunque la mejor, como siempre es transmitir el amor por estos animales que se desprende de esta Fundación.

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