En 1994, nos encontramos con una Semana Santa muy parecida a la actual, aunque estuvo llena de incidencias que no tuvieron una gran trascendencia.
La Hermandad de la Borriquita abrió la jornada presentando como estreno la restauración de la carpintería del paso de Cristo. Desde El Polvorín, la Santa Cena estuvo acompañada de muchas personas. Como estreno, una túnica de terciopelo de color crudo, la marcha ‘Santísimo Cristo del Amor’ y la restauración de la Cruz de Guía. La jornada se cerró con la los Mutilados que congregó a muchas personas en los alrededores de la Iglesia de San Sebastián para seguir las dificultades de la rampa.
La Hermandad del Santo Cristo Cautivo inició la jornada del lunes y, desde la Hispanidad, dejó su buen quehacer por las calles onubenses. Como estreno, nuevos candelabros para el paso del Cristo; peana para la Virgen; juego de jarras para el frontal del paso de palio, dos ánforas para el paso de palio y nueva bandera de la Hermandad. Mucho público alrededor de las Tres Caídas que estrenaba el mantolín de la Mujer Verónica con unos bordados procedentes de los paños de cocinas que, en 1946 realizó Francisco Contioso. Y la jornada se cerró con el Calvario que ya salía de su templo en la calle que, años después, llevaría el nombre del titular.
Devoción en Las Colonias para contemplar la Lanzada. En esta ocasión, estrenó el resplandor de Nuestra Señora del Patrocinio y una bandera Pontificia. Accidentando inicio del desfile de los Estudiantes al encontrar problemas en la rampa de salida pero que afortunadamente quedaron en un susto. La cofradía estrenó orfebrería para la cruz de guía, dos ciriales, cuatro bocinas, dos paños bordados, dos faroles de cola del paso de palio, broche de oro para la Virgen y bandera. La jornada se cerró con Pasión, que, como estreno, presentó un nuevo frontal dorado en el paso del Cristo, dos ciriales, restauración de la vara del Hermano Mayor y llamador del paso del Cristo.
El Miércoles Santo se inició con El Prendimiento que hizo un ejemplar desfile. En olor de multitud salió del Polvorín la Hermandad de la Victoria que presentaba como novedades la definitiva restauración de los respiraderos del palio, completado con las figuras de las capillas, restauraciones de ciriales, pértigas, libros de reglas, varas de Hermano Mayor y Presidencia y un nuevo llamador para el palio. Y de su Capilla salió la Hermandad de la Esperanza que durante todo su recorrido estuvo acompañada por numerosas personas.
La jornada del Jueves Santo se inició con la Hermandad de la Vera Cruz y Oración que en esta ocasión estrenaba los candelabros del paso de Cristo. Poco después lo haría la Hermandad de la Buena Muerte que presentó como novedades el policromado de los angelitos de los respiraderos del paso de la Virgen, ropa para el pertiguero y mesa para el paso de la Virgen, cerrándose la jornada con la Hermandad de los Judíos que estrenó juego de incensario y navetas, cuatro varas de acompañamiento y dos jarras para el paso de palio.
En esta época, la Madrugá era importante al contar con tres cofradías. Desde la Orden llegaba la Hermandad del Perdón que este año estrenó el Senatus; desde la Catedral partió la Hermandad de la Misericordia que estrenó diez candeleros de madera dorada y, como cierre, el Nazareno. Este año estrenó el techo de palio completo y una bandera papal.
La Hermandad de la Fe abrió la jornada del Viernes Santo y desde José Fariñas dejó estela de su religiosidad. Estrenó cuatro candelabros para el paso de Cristo. Desde San Pedro salió la Hermandad del Descendimiento que estrenó las mesas de los dos pasos, restauración de los varales y respiraderos del palio, varas de acompañamiento y restauración del llamador del paso de Cristo. Siguió la procesión oficial del Santo Entierro que estrenó un broche para la Virgen de la Soledad, cerrándose la jornada con la salida de la Hermandad del Silencio.