No va a ser un partido el de Armilla que pase a los anales de la historia pero sí uno en el que los pupilos de Chumilla lograron demostrar que hay muchas formas de dominar un encuentro. Durante la primera mitad los blancos lo hicieron a través del juego. La pelota fue mayoritariamente jienense y las mejores ocasiones también cayeron de parte de un cuadro que está mejorando sus prestaciones como visitante. Lo confirmó Antonio López con un gol que demuestra que vino a Jaén a ser decisivo pues este tanto acabó valiendo tres puntos.
Faltó la contundencia que se les ve a los lagartos de cara a puerta en el Nuevo La Victoria. De haber mostrado la misma efectividad con respecto al gol que la que suele ejercer en casa (con cerca de cuatro goles de media por partido) el choque se habría sentenciado en alguna de las muchas ocasiones que se malgastaron en la primera parte, pero se llegó al descanso con la única diana firmada por el ‘killer’ visitante.
En la segunda mitad el juego tuvo todavía menos continuidad y las ocasiones también descendieron, aunque las mejores siguieron siendo para los que vestían de blanco. Faltó el gol y, generalmente, cuando se perdonan ocasiones en esto del fútbol se sufre. Lo hicieron y mucho los jienenses que vieron como el campo se inclinaba hacia su portería con Dani Benítez y Fran Machado como maestros de ceremonias.
El que fuese jugador del Granada en Primera División llegó a estampar un balón en el poste cuando faltaban poco más de diez minutos para el final y en el descuento llegaron a quedarse con diez jugadores por la lesión de Ezequiel que acababa de entrar en el terreno de juego. No notaron su baja sus compañeros que acabaron el choque sacando balones del área y defendiendo todos juntos tres puntos de los que saben a agua tras días de vagar por el desierto.