Sigue metiendo puntos en su casillero un Jaén Rugby que esta cuajando una temporada más que meritoria. No fue sido un triunfo más. Porque lo normal es vencer al rival (los jiennenses ya lo han hecho con seis en lo que va de curso) pero este sábado el rival fue uno de entidad. Este sábado el viento sopló en Málaga racheado –a veces a favor, a veces en contra- que hacía más oval el oval. Pero este sábado no hubo excusas, ni bajas, ni dolor, ni jugadores noveles. Lo que hubo fueron veintidós jugadores con una idea clara: ser un equipo. Y ganar, por supuesto.
Llegó Jaén Rugby a la capital de la Costa del Sol con un XV salpicado de experiencia y juventud. Las lesiones situaron a Guillermo Sánchez como talonador titular en DHB por primera vez en su carrera. Todo un regalo y toda una responsabilidad. Facundo Real tuvo que estrenarse también en el puesto de zaguero. Una vez el balón subió al cielo de Málaga se acabaron los nombres propios y empezó a jugar el grupo. El del sábado fue un encuentro de tiras y aflojas, de alternativas, de balones de ida y vuelta.
Puso Jaén Rugby todo su afán en practicar ese juego de desgaste y balón a la mano que le caracteriza. Con él se adelantó en el marcador. Con sus delanteros percutiendo y con el balón llegando a un improvisado ala, el siete Juan Castro, que rompió la defensa rival y recorrió pegado a la cal casi treinta metros para posar el balón en zona de marca. No lo transformó ‘Tato’ Camacho, que sí convirtió un golpe para poner a los suyos con ocho puntos de ventaja.
El dominio del equipo malagueño en la melé puso en serios aprietos a los jiennenses durante toda la primera parte. Demasiadas infracciones, golpes de castigo, una exclusión y el ensayo local en el minuto 22. Si el balón estaba en manos de los jugadores de Jaén Rugby, estos castigaban a su rival con un juego dinámico, con buenos apoyos y percutiendo contra la defensa rival.
Si lo jugaba CR Málaga, los placajes para frenarlos eran contundentes y mantenía a los locales lejos de su veintidós. Tanto es así, que CR Málaga intentó convertir en puntos, sin éxito, golpes de castigo pateados a 30 o 40 metros. Pero demasiado iba el cántaro a la fuente para que no se rompiera. Al descanso se llegó con empate a ocho en el marcador. En el segundo tiempo, Jaén corrigió sus problemas en la melé y comenzó a marcar diferencias.
Antes, de nuevo en inferioridad numérica, el equipo malagueño consiguió ponerse por delante en el marcador por primera y única vez. Ese 15 -11 enfrió la sangre del XV jiennense que volvió a desplegar las virtudes de su juego. Y ahí es donde se hacen fuertes sus jugadores. Cómo maneja el balón Manu González, cómo rompen líneas, Castro y Tuitopou, cómo maneja los tiempos Camacho y cómo corre Luis Alberto Enrique. Al argentino le bastó un contrapié para abrirse camino hasta la linea de ensayo y anotar el segundo. De nuevo Tato Camacho pasó el balón entre palos, esfumándose el espejismo malagueño.
Consolidados
En la jugada siguiente, el apertura hispano-argentino interceptó un balón en pleno ataque local y recorrió en solitario el campo de parte a parte para posar bajo palos el oval robado. Tato Camacho – tercer máximo anotador en DHB- ya ha superado los 100 puntos esta temporada gracias a los dieciocho anotados en esta octava jornada. Un 15 a 25 que parecía un golpe definitivo, pero no. A Jaén Rugby ningún equipo le regala nada, así es este deporte.
Pero tampoco ellos venden barata su piel y volvieron defender su territorio con presión y placajes. Aún así, los verdivioletas apretaron el marcador con un último ensayo transformado. Demasiado tarde para evitar que el autobús jiennense volviese cargado de felicidad a casa. Victoria, 29 puntos y tercera posición. Todo por decidir antes de que suene el último pitido del año 2022 en el Cantizal. Será dentro de siete días.
