La cuestión religiosa ha estado presente en todas las épocas y ayer el deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, acercó en una conferencia la presencia de la religión en la Constitución de 1812.
La religión ya fue utilizada en la Guerra de Independencia Española (1808-1814) para incitar el levantamiento contra los franceses, pero la fuerza de la religión cobró especial importancia durante las Cortes de Cádiz y los debates encaminados a promulgar la que sería ‘Constitución de 1812’, bautizada como ‘La Pepa’.
El salón de actos de La Económica se llenó de interesados en conocer una cuestión que no ha trascendido con el paso del tiempo, y es que el texto no se puede considerar el primer articulado propiamente constitucional asentado en la soberanía popular en la Historia de España; aunque hija del liberalismo, también es una norma forjada con una decisiva presencia de la Iglesia católica.
Y así lo concretó ayer el deán de la Catedral. Tanto en San Fernando como en Cádiz, la Iglesia estuvo muy presente en la obra constitucional desarrollada en esas tierras.
La intervención comenzó haciendo referencia a la mención en ‘La Pepa’ de la cuestión religiosa, a tenor del artículo 12 de la Constitución que refleja con excepcional claridad la naturaleza católica del primer constitucionalismo español: “La religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquiera otra”.
No se puede olvidar que algunos eclesiásticos influyentes se alinearon con los defensores del absolutismo real y que se opusieron con fuerza a algunas de las decisiones de las Cortes, como la libertad de imprenta o la supresión de la Inquisición, pero, lo más florido del clero ilustrado de la época apoyó el trabajo constitucional y fue protagonista de ese momento.
El deán recordó también al clero más tradicionalista, reconocido en la época con el mito de la Alianza entre el Trono y el Poder.
Y no fue sólo una cuestión ideológica, ya que entre los 308 diputados presente en las Cortes gaditanas, el mayor número de diputados lo sumaban los eclesiásticos, con 97, según recordó Francisco Juan Martínez.