Ayer falleció en Jaén el sacerdote, canónigo de la Catedral, Eduardo Moya Calahorro, tras una larga enfermedad que hace algún tiempo le apartó de la parroquia de Santa María Madre de la Iglesia, de la que fue promotor y con tanto entusiasmo puso en marcha. Ordenado sacerdote en 1975, luego de una formación complementaria en el extranjero, ejerció su ministerio en Villacarrillo, Martos y Bailén, antes de llegar a Jaén como vicario episcopal de Apostolado Seglar y canónigo. Era una persona de fácil trato y ha sido muy valorada su labor en los grupos de matrimonios. A las 12,30 sus restos llegarán a la parroquia que rigió y a las cinco será el funeral de entierro.