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Los niños con cáncer pueden pedir la luna a sus enfermeras

La Asociación Pídeme la Luna cumple los sueños de los niños de Oncología Pediátrica del Complejo Hospitalario.

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  • Ellas son Pídeme la luna. -

En una vida en la que ni los niños se libran de enfermedades como el cáncer, ellos son los únicos autorizados para cumplir sus sueños y en Jaén existe una Asociación que lo hace posible: 'Pídeme la luna'.

Con el lema 'Pídeme la luna y te la intentaré alcanzar, con tal de que tus sueños se hagan realidad' la Asociación está formada por ocho enfermeras y auxiliares de enfermería y familiares de niños  ingresados en la planta de Oncología Pediátrica del Hospital Infantil de la capital. Es el lugar de trabajo de estas profesionales, donde escuchan los sueños de la treintena de niños ingresados y donde gestionan las fórmulas para hacerlo posible, desarrollando un programa de actividades extrahospitalarias exclusivas para ellos.

Su presidenta es la enfermera Marisol Escribano Olmo, que lleva 25 años trabajando con los niños oncológicos y decidió impulsar la Asociación para aunar esfuerzos y reunir apoyos para hacer posibles sus sueños.

Tratan a menores de entre uno y catorce años y todos tienen sueños que cumplir. Desde que 'Pídeme la luna' existe, los pequeños se recuperan con la satisfacción de que su sueño se ha hecho realidad y otros aún están pensando qué es lo que realmente les haría feliz. Otros descansan en paz habiendo cumplido su sueño.

Sea lo que sea, las enfermeras, auxiliares y familias ponen la maquinaria en marcha para hablar con empresarios, políticos, deportistas y ciudadanos en general que pueden ayudarles a conseguir el sueño.

Entre otros, visitar el campo de fútbol de un reconocido equipo, nadar con delfines, hacer submarinismo, tener un ordenador o poder vestir de princesa a una muñeca. Da igual la envergadura, la premisa es que los sueños se tienen que cumplir y por el momento  encuentran mucha colaboración a la hora de organizar  las actividades para complacer a los pequeños.

“El objetivo es hacer feliz a los niños, que saben soñar despiertos, siendo ejemplo de fortaleza, alegría y esperanza”, valora la presidenta.
Y es que con la labor que están realizando se consigue disminuir la ansiedad y aumentar la confianza de los pequeños y sus familiares. “Devuelves a sus caras una sonrisa ante sus estancias hospitalarias.

Las frecuentes sorpresas constituyen  para ellos una gran alegría y constante motivación”, afirma.
En estos tiempos la financiación es lo más complicado, pero no ha sido una traba para estas enfermeras solidarias.

Marisol Escribano escribió el cuento 'El águila y el gorrión' y lo están vendiendo por un donativo de 6 euros consiguiendo así la financiación para las actividades. Ya van por la cuarta edición.

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