La Junta de ahora no ha asumido esta herencia, ninguno de los que estaban está, a los autores del desaguisado no se les puede ni pedir que den la cara
La Junta, por medio de su delegado de Fomento, trata de convencernos de que sigue trabajando en un supuesto y complejo estudio integral sobre el tranvía. Lo que le pasa al delegado es que no sabe qué decir, y en Sevilla, en el departamento de Elena Cortés, le deben estar dando vueltas a ver qué hacen con el sistema tranviario desde que el alcalde les entregó las llaves y el polémico transporte se ha convertido, porque así lo han querido las administraciones que nos malgobiernan, en un emblema de lo poco que tiene Jaén que agradecerles a todos, por acción o por omisión, hasta el punto de ponernos en el punto de mira de la política del ridículo. Que la Junta diga que está en el estudio de la viabibilidad nos parece una soberana excusa más para ir ganando tiempo, no creo que los jienenses debamos confiar en que Fomento traiga la solución, ojalá. Si hubiera voluntad la consejera hubiera venido a decirlo personalmente en algunas de sus escapadas a la provincia, pocas por cierto y a destinos muy señalados. Lo peor del tranvía es que a este mal ejemplo le echen demagogia. Cada vez nos confirmamos más en la tesis de que ni al Ayuntamiento ni a la Junta le importa el tranvía de Jaén lo más mínimo a día de hoy, por razones distintas. El PP no ha engañado, no lo quería y no lo quiere, Fernández de Moya dejó sentenciado que jamás se montaría en él. En cambio la Junta de ahora, todos nuevos, no han asumido esta herencia, ninguno de los que estaban está, a los defensores y autores del desaguisado ya no se les puede ni pedir que den la cara.